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El autobús pasa. Y con sus emblemas irreverentes y con la efigie del que quisieran borrar de la Historia, irrita al mismo partido que lo asesinó.

 

 El autobús pasa. Y exhibe su insolencia frente a los edificios de los poderosos, frente a la histeria de las taradas, frente al berrinche de los degenerados, frente al egoísmo de los cobardes, frente al odio de los chequistas...

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Lo reducen todo a la utilidad del voto. Al final sólo se trata de eso, de que tu voto les sea útil a ellos. Unos quieren permanecer en el Poder y los otros anhelan rebozarse en él, y tú y tu voto sois su utensilio, su herramienta para conseguirlo. Por eso y para eso te llaman al voto útil, que sólo es útil, claro, si acaba en su zurrón. Para ellos tu conciencia no vale nada, sólo vale tu voto siempre y cuando les resulte útil. Para eso te llaman, te cortejan y te galantean durante esa verbena amniótica que es la campaña electoral, en la que la verdad es quincalla, la mentira es cierta y las promesas son como el priapismo de un gañán en celo.

 

No vemos las cosas como son, sino como somos. Yo también, no estoy exento de esa condición humana, y la mayoría de los españoles ha asumido, deglutido y digerido la necesaria bondad del voto útil, incluso los que lo ejercen con una pinza en la nariz y un guante de látex lo hacen en procura del mal menor, renunciando así a la búsqueda del bien posible.

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Votar a la Falange es reírnos en la cara de los dogmas y supersticiones de la partitocracia.


 Votar a la Falange es gritar que España merece algo mejor que la decadencia y la ignominia institucionalizada por el Régimen del 78.

Ratio: 5 / 5

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Tenía la esperanza de que Frente Obrero fuera la última esperanza de una izquierda respetable y comprometida con la causa de la justicia social. He llegado a hablar bien de ellos y aspiraba a pasar mas tiempo en la misma trinchera con ellos que enfrente, donde en todo caso sabía que terminaríamos.
 
Pero entonces llegan los que piden el voto para ellos. Esos que viven de vender libros “fascistas” pero fundan movimientos de Izquierda Nacional. Y ponen a cada uno en su sitio:

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Lo mismo que sucede con el S.M.I., que se habla mucho de él, sin saber mucho de lo que se habla, sucede con los contratos fijos discontinuos.


Antes de meternos de pleno en sus características, vamos a ver los tipos de contratos.