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La renta básica es necesaria, pero no con carácter universal. Sólo los perjudicados deben tener derecho a ella. Para los ociosos, nada de nada. Lo contrario sería la legalización de la holgazanería remunerada y traería la quiebra del Estado.

Con la economía estancada y con el incremento del gasto público, aumentaría aun más el descomunal déficit del estado.

Subirán los impuestos sobre las rentas. Disminuirá el poder adquisitivo y por tanto, el consumo. Subirán los precios y el correspondiente IVA. La inflación -que es un impuesto disimulado sobre las nóminas- será galopante.

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No hay peor criminal que el que comete crímenes contra personas indefensas, débiles y vulnerables; Y esto es lo que está haciendo la Generalidad de Cataluña con nuestras personas mayores. Nuestros ancianos se han visto sometidos a situaciones de abuso, desprotección y violación de su derecho más elemental y básico: LA SALUD.

La Justicia Social es, para los falangistas, un objetivo sagrado e irrenunciable; Es el espíritu de nuestra doctrina. Por ello decimos alto y claro que el cuidado de nuestros mayores es una obligación que no podemos permitir que el Estado abandone. El Estado debe asegurar como uno de sus principales objetivos la defensa de los derechos, de las libertades y de la dignidad de las personas mayores como colectivo de especial vulnerabilidad y sobre todo en aquellas situaciones que les representen mayor peligro.

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¿Quién en estos días de “crisis del coronavirus” no ha escuchado o utilizado frases como «cuando esto acabe», «cuando termine todo esto», «cuando esto pase», para soñar o especular con lo que hará ese esperado día, e imaginar ese futuro ansiado como el que fantasea con lo que haría si le tocara el gordo de la lotería?

Pues siento comentarte, estimado y confinado lector, que ya hay mentes pensando desde el inicio de “todo esto” también en ese día después (y que cobran por hacerlo) para, una vez más, reconducir la situación al punto y condición donde ellos quieren que se reconduzca, así que salvo que te lo propongas concienzudamente, desgraciadamente te verás inducido a hacer lo que ellos quieren que hagas.

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Hay un resorte, un aliado excepcional, con que la conciencia operante en las juventudes cuenta para el surgimiento de una revolución nacional. Este resorte adquiere la designación de masas, de las cuales también carecemos en esta época de pobreza y estrechez.

Lo que ahora se desliza en la vida política -si acaso mereciese llamarse vida- toma forma bajo el nombre de mayorías. Las mayorías no son mas que un valor de mero carácter cuantitativo, una cifra numérica para medir la cantidad de adeptos con que cuenta el partido triunfador para ejecutar sus técnicas de leguleyo bajo el amparo de ese divinizado número. Así, no puede asignarse a esta otra tarea diferente a jugarse los destinos españoles a la libre discusión, al puro azar. Las mayorías no sirven mas que para cambiar el color de la gobernación, proclamar en nombre de la estupidez y de la voluntad humana un nuevo partido que realice desastres nuevos en la Patria.

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A Salvador -nombre poco apropiado para el ministro de sanidad- señor Illa, si tenemos en cuenta la nefasta gestión que está realizando al frente del citado Ministerio, mejor tendría que llamarse “Juan Simón el Enterrador” como el protagonista de la copla de los años 30 del siglo pasado; Con el máximo afecto a todos los que sufren tan criminal pandemia.

DE LOS PROTOCOLOS DE SIÓN- (Basilea 1897): ” Todo el que quiera gobernar tiene que recurrir al engaño y a la hipocresía. Nuestra divisa debe ser fuerza e hipocresía, sólo la fuerza es la que da la victoria en política, sobre todo cuando se oculta con talento. La violencia debe ser un principio, el engaño y la hipocresía una regla”.