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Lo que estamos padeciendo es un estudio meditado y puesto en práctica por los alquimistas de los Amos del Mundo.

 

Al milímetro y al segundo nos llevan donde quieren y hasta aquí hemos llegado. 

 

¿Puede ser una inmensa eutanasia encubierta?

 

El famoso virus ya se ha colado en las residencias geriátricas. De pronto, anuncian las muertes de cinco en cinco, de siete en siete o de más en más. ¿se mueren en lotes, o acaso se ocultan las muertes y ante el testimonio de las familias no queda más remedio que confesarlas?.

 

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Leyendo el otro día el magnífico libro de textos de doctrina política de José Antonio Primo de Rivera encontré unas excelentes palabras del mismo recogidas en unas notas tomadas por el periodista José Montero Alonso durante una entrevista celebrada el 12 de diciembre de 1935, y que parece ser que no llegaron a publicarse, en la cual el gran José Antonio daba su opinión sobre el paro, el capital y el trabajo, el matrimonio y la autonomía de Cataluña. Son, más o menos, estas:

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Qué harta estoy de las imposiciones "de género". Estas despelotadas mentales siguen empeñadas en discriminarnos con un día dedicado a la mujer, cuando no existe el día dedicado al hombre. Con su obsesión por condenar los piropos y la cesión del paso al pasar por una puerta, están consiguiendo que los hombres maleducados y egoistas lo sean aún más, por decreto, mientras demonizan a los que se siguen comportando como caballeros. Vivo rodeada de hombres a los que quiero y que me respetan porque yo me hago respetar y por supuesto que no estoy dispuesta a renunciar a ese cariño masculino, porque no sé vivir sin el. Están consiguiendo que haya más machismo y falta de respeto que nunca. Y cada vez a más temprana edad.

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El 8 de marzo se celebra el día de la Mujer, de la Mujer Trabajadora, o sea de Todas las mujeres. Porque todas las mujeres son trabajadoras y grandes luchadoras. Podemos comprobarlo tan solo observando a nuestras madres, nuestras abuelas, nuestras esposas y a las compañeras de trabajo. El 8 de marzo es su fiesta, la fiesta de la Mujer, y los hombres les rendimos el homenaje que se merecen, nuestro respeto, cariño y admiración. Y las apoyamos en la lucha por conquistar los derechos e igualdades que puedan faltarles.

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Asistimos a un espectáculo mediático y degenerado sobre el día de la mujer, que lejos de conmemorar el verdadero motivo del ocho de marzo, se ha convertido en una pantomima en la que se hace propaganda femimarxista a diestro y siniestro. Toda una semana repleta de actos y absurdas reivindicaciones, que pretenden otorgar a la mujer igualdad frente al hombre. Igualdad por medio del odio. Odio hacia cualquier persona que no piense como ellas. Y es que esto del femimarxismo es una estrategia más del sistema capitalista, bajo las órdenes del Nuevo Orden Mundial, para destruir la sociedad. Han sustituido la lucha de clases por la lucha de sexos, mostrando en todo momento repugnancia hacia la masculinidad, viendo en ellos rivales a vencer.