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Me han llegado noticias esta semana de que en algún medio de comunicación se está poniendo en práctica una curiosa estrategia: la contratación de becarios con salario negativo.

 Los becarios, jóvenes a punto de licenciarse que realizan prácticas pagadas en las empresas del ramo, son una figura que, tras la Reforma Laboral, ha ganado peso en nuestros medios de comunicación. Tradicionalmente, con un sueldo más bajo, los becarios iban deambulando por las redacciones y buscando la oportunidad de dar a conocer sus méritos. Aprendían el oficio desde dentro, codo a codo con los redactores y profesionales de dilatada experiencia. Poco a poco, iban tomando partido en la vida de la redacción y, finalmente, demostradas aptitudes y actitudes, podían ser reclamados por el medio en cuestión para engrosar las filas de la plantilla.

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Esta semana hemos vivido en Madrid el último episodio de una situación verdaderamente rocambolesca, y que no se había dado todavía en la región desde el comienzo de la democracia: estamos a cien días para las elecciones, y por diversas causas, ni los votantes del PP, ni los del PSOE, ni los de IU tienen un candidato a quién votar para el Gobierno regional, y en algunos casos tampoco para el ayuntamiento de la capital.

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Moreno Bonilla hará «cambios» en la cúpula del PP de Andalucía para «equilibrar» las fuerzas internas

 

 

 

En el maratón electoral que nos espera de aquí a final de año, con nada menos que cuatro citas en las urnas, Andalucía no es solamente la primera estación, sino probablemente la que empiece a marcar tendencia y nos anticipe lo que pueda ocurrir en las siguientes. El 22 de marzo veremos si es cierto eso de que Andalucía es "roja" o si el PP es capaz de poner fin a más de tres décadas de gobiernos ininterrumpidos de izquierda.

 

 

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DIEZ DETENIDOS EN LOS REGISTROS POR LAS FACTURAS DE UGT SOBRE FORMACIÓN

La Guardia Civil durante uno de los registros de las presuntas facturas falsas en los cursos de formación.EFE

 

Mientras el Ayuntamiento de Valladolid estudia la demolición del monumento en memoria de uno de los padres fundadores y líder agrario falangista, Onésimo Redondo, por aquello de cumplir y hacer cumplir la Ley de Memoria Histórica, con el silencio cómplice incluso de organizaciones católicas que le tuvieron por hombre visionario y miembro honorífico (caso de la Asociación Católica de Propagandistas), en Andalucía, la infausta ley de Zapatero se deja de homenajes y monumentos y va  a la raíz del problema: la destrucción de cualquier vestigio de lo que podía ser una España grande y la dedicación a tiempo completo a la rapiña del Estado. Han sido los socialistas de la Junta, han sido los sindicatos obreros de izquierda, CCOO y UGT, muchos empresarios y algún que otro religioso. Todos puestos en el empeño de comerse o llevarse a casa esos miles de millones de euros llegados de Europa para formar desempleados.

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Alexis Tsipras y Pablo Iglesias en Atenas./Foto: Clara Palma Hermann 

 

Algunos hemos dedicado buena parte de nuestro trabajo profesional a denunciar los excesos del liberalismo y del capitalismo, tan nocivos o más, cuando se aplican de manera salvaje, que lo que pueda serlo el marxismo. Lo hacíamos en la certeza de que las teorías económicas de Marx y Engels estaban muertas y enterradas, y de que, salvo en algunos casos ciertamente peculiares y exóticos, como Cuba o Corea del Norte, su aplicación práctica era imposible en el mundo actual. Pero la reciente victoria electoral de Syriza en Grecia o el imparable ascenso de Podemos en España hacen que, quienes estamos libres de compromisos ideológicos y simplemente ponemos nuestro trabajo al servicio del Bien Común, tengamos que ocuparnos de este "zombie" que, contra todo pronóstico, ha resucitado.