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Les confieso que me siento ridículo hablando hoy de otra cosa que no sea la indignación que sentimos todas las mujeres y hombres de bien por la traición que las fuerzas vivas del Sistema (léase casta política, casta judicial, casta empresarial y sindical, y casta periodística) están perpetrando contra España. Me siento tan ridículo que, poniendo mi conciencia, como siempre hago, por delante de cualquier otra circunstancia, no lo voy a hacer: no voy a hablar de otra cosa que de lo que hay que hablar.  

 

Y sí, soy consciente de que muchos oyentes de este programa pensarán: ya está el pesado de Rafael Nieto con ETA, el terrorismo, y los terroristas. Pues miren, sí, soy muy pesado. Pesadísimo. Cuando se trata de defender a España, a los españoles inocentes asesinados por la barbarie etarra, y a los familiares de esas víctimas, la verdad, les reconozco, que, en efecto, me pongo muy pesado. Y me voy a seguir poniendo, además. 

 

Porque, díganme, ¿qué voy a decirles yo sobre la nueva cifra del aumento del paro conocida esta semana? ¿Y del cierre de la televisión valenciana? ¿Y de las toneladas de mierda que hay en las calles de Madrid por la huelga del servicio de limpieza municipal? ¿Qué voy a decirles de todo eso mientras siento cómo dentro de mí, como español, crece y crece sin parar la más profunda indignación, la rabia e incluso la ira contra los traidores que han permitido esta salida en tropel de asesinos de las cárceles?

 

Miren: era un 19 de junio de 1987 en Barcelona. Un día tranquilo. Como cualquier lunes, la gente hacía sus compras en el Hipercor de la Avenida Meridiana de la Ciudad Condal. Las sanguijuelas de ETA Domingo Troitiño, Rafael Caride y Josefa Ernaga habían puesto 200 kilos de explosivos en el maletero de un coche ubicado en el parking, mezclando amonal y gasolina para causar el mayor daño posible. Lo lograron. A las 4 y diez de la tarde, la primera planta del aparcamiento voló por los aires provocando un agujero mortal por el que subía una bola de fuego. La pobre gente, personas como ustedes o como yo, intentó huir. 21 personas murieron y 45 sufrieron heridas de diversa consideración.

 

El cerebro de esta atrocidad, uno de los peores atentados de ETA, se llama Domingo Troitiño. Fue condenado a 1.128 años de cárcel. Ha cumplido 26 y ya está en la calle. Lo acaba de soltar la Audiencia Nacional, un tribunal creado por el Sistema para combatir crímenes terroristas. Los responsables de que este malnacido esté libre, y pueda cruzarse en el camino de cualquiera de nosotros, no han querido escuchar ni al fiscal ni al Tribunal Supremo. Se han dado toda la prisa que han podido en soltarlo. 

 

Y yo me pregunto: ¿por qué tanta prisa?, ¿qué razón o razones hay para poner en la calle a un terrorista sanguinario como éste, o a los otros ocho que también han sido liberados en las últimas horas? ¿Qué se nos oculta en toda esta operación?, ¿en qué consiste la siniestra hoja de ruta acordada con ETA, en la que parece que se cumplen fielmente todos los pasos?

 

Lo siento mucho, yo sólo puedo pronunciar la palabra que tengo en la mente desde que vi sonreír a este excremento humano el viernes por la tarde, saliendo de la cárcel: traición. Esto es una traición con todas las letras, de libro. Una traición a España y a los españoles, a las víctimas de ETA y a sus familias, es decir, a todos; porque todos los bien nacidos somos familiares de las víctimas de ETA. 

 

Esto no puede explicarse con palabras técnicas, ni con razones jurídicas, ni con discursos para que los lerdos o los que tienen el cerebro chapado por la ideología se queden conformes. No. Esto es una traición, y los que están detrás de esto, insisto, jueces, políticos, empresarios de diverso pelaje y medios de comunicación cómplices, son traidores a España y al pueblo español. 

 

Que no me vuelvan a hablar del Estado de Derecho. Que no me nombren otra vez a la democracia. No quiero saber nada, ni me interesa, el ordenamiento jurídico, ni las fuentes de la ley, ni las jurisprudencias, ni las puñetas. Esto es una injusticia de tomo y lomo, una desvergüenza. Han puesto, de manera consciente y deliberada, a un grupo de asesinos sanguinarios, de asesinos en serie, en la puñetera calle, sin pagar ni la centésima parte de las penas que les corresponden por sus incalificables crímenes. Esto no tiene perdón, es imperdonable. 

 

Y les diré más: nunca pensé que vería este desfile de asesinos en libertad con un gobierno del PP. Alguno pensará que soy un ingenuo; algunos oyentes, más avispados que yo, creerán que mi extrañeza no tiene fundamento. Es verdad, no lo tiene. Son iguales. Da lo mismo quien gobierne: el resultado es siempre el mismo. 

 

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presentador de Sencillamente Radio

 

Rafael Nieto es el director del programa de debate “Sencillamente Radio” de Radio Inter de Madrid (programa que se emite todos los domingos de 08:30 a 11:30 horas en esa emisora en el 918 de AM, Internet: http://www.intereconomia.com/oir-radio-inter ), y en el que participan habitualmente distintos militantes del Sindicato TNS.

 

Esta que acabáis de leer es uno de sus editoriales en ese programa

 

Todos sus editoriales los podéis encontrar en el siguiente enlace de nuestro foro TNS http://tns.mforos.com/1022048/10861765-editoriales-de-rafael-nieto-en-sencillamente-radio/