La clase política de este país no merece defensa. Merece un juicio justo y severísimo, y una condena en firme. Porque la casta política española es responsable no sólo de haber convertido lo que fue un país glorioso e imperial en un lugar frío, decadente y sin identidad, sino en habernos hecho peores a los españoles. ...Leer el artículo completo...
El que Ramón Pi suele llamar "noble pueblo español" en efecto lo fue: atesoraba no pocas virtudes de la condición humana, casi todas ellas naturalmente heredadas de nuestra tradición cristiana. Ahora, lamentablemente, lo que tenemos es una clase dirigente putrefacta y hedionda, con escasísimas excepciones, y un pueblo español que no merece el adjetivo.
Por tanto, no seré yo el que se dedique a defender a nuestros políticos. No lo haré porque, de entrada, ya se ocupan ellos mismos de hacerlo entre otras cosas con el dinero público que forzosamente les pagamos en forma de impuestos y que dilapidan alegremente como si esto fuera Jauja. Y porque, además, lo están haciendo tan rematadamente mal, cada uno en su partido y en su negociado, que sólo un apesebrado del poder o un indigente mental se podría prestar a tal componenda. Y en el caso de quien les habla, francamente, ni lo uno ni lo otro.
Pero dicho lo cual, lo que de ninguna manera puede admitirse es la moda ésta que han bautizado como "escrache", y que en castellano viejo es hacer el gamberro y fomentar la delincuencia, en este caso con la excusa de los desahucios. Ese problema social, que es grave y que merece el correspondiente estudio y la adopción de soluciones concretas, no puede solucionarse a las bravas y haciendo imposible la vida personal y familiar de los cargos públicos. Eso equivale, sencillamente, a dinamitar la convivencia pacífica en este país, y a cambiar esta lamentable democracia (que nació enferma y pervive moribunda) por algo que se parece mucho a lo que pretendía instaurar el Frente Popular en España en los meses previos a la Guerra Civil española.
Insisto: no anida en este comunicador el menor deseo de salvar la cara a doña Soraya Sáenz de Santamaría, ni a don Jesús Posada, ni a ningún mandarín autonómico y local del PP, porque nada han hecho para merecer tal defensa. Ni de ese partido, ni de ninguno. Son muy torpes, son muy malos, no aman a nuestra Patria, en general no tienen la menor empatía con el sufrimiento de la gente, conducen un barco para el que no han recibido ni una clase..., son un completo y absoluto desastre. Pero el acoso domiciliario y la práctica delincuencial nos atañe a todos, es una amenaza al conjunto de la sociedad, es saltarse las mínimas reglas de convivencia que aún perduran.
Dejando a un lado las nada recomendables amistades que parece tener la señora Ada Colau, principal rostro visible de la ya célebre plataforma Stop Deshaucios, y que parecen comprometerla ideológicamente de forma clara con los sectores más reaccionarios de la extrema izquierda, suponiendo que los acosadores de los dirigentes del PP fuesen independientes de todo partido y toda iniciativa política, ¿cómo es posible que no distingan entre el cargo público de un ciudadano, y su vida privada?, ¿cómo pueden ignorar el derecho que tiene cada uno de nosotros a poder estar con nuestra familia, en nuestro domicilio, sin que seamos violentados física o verbalmente?, ¿qué tiene esto que ver con una democracia sana?
Se equivocan rotundamente y de cabo a rabo. Es lamentable, también en su caso, la falta absoluta de imaginación a la hora de reclamar lo que es justo por medios pacíficos y legítimos. Posicionarse decididamente en la violencia jamás puede ser defendido, por muy noble que parezca la causa, porque tal acto de arbitrariedad nos conduce directamente al caos social. Por otra parte, la casta política, lejos de reaccionar ante los "escraches" con respuestas claras a las terribles consecuencias que la crisis económica está teniendo en la clase media española, se limita a defender sus privilegios y a lloriquear comprensión. La misma comprensión que siempre nos han negado a los ciudadanos.
Cuando uno defiende la razón, la Fe y la civilización, no puede estar al mismo tiempo con el salvajismo y la anarquía. Los que conocemos un poco la Historia de España y de Europa tenemos muy pocas ganas de que se repitan episodios especialmente crueles que han tenido devastadoras consecuencias. Ahora nos parecen todavía lejanas, ancladas en las páginas de los libros e inertes. Pero encender irresponsablemente la llama de las más sucias pasiones humanas es un acto tan despreciable, tan abominable como pueda serlo el mal gobierno o el desgobierno. Me apunto a denunciar las taras del sistema; pero si se trata de dinamitarlo como quieren los enemigos de España, conmigo desde luego que no cuenten.
Rafael Nieto es el director del programa de debate “Sencillamente Radio” de Radio Inter de Madrid (programa que se emite todos los domingos de 08:30 a 11:30 horas en esa emisora en el 918 de AM, Internet: www.radiointer.com ), y en el que participan habitualmente distintos militantes del Sindicato TNS.
Todos sus editoriales los podéis encontrar en el siguiente enlace de nuestro foro TNS :
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