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Hace unos días un joven e ignorante periodista fue utilizado para entrevistarnos, su actitud fue cortes y agradecida. Pero su trabajo profesional se vio frustrado cuando el editor interesado y malintencionado manipuló la entrevista.

 

 

La idea era utilizar esa entrevista para sacar su propio mensaje político y mediático. Calificarnos de extremistas, equipararnos casi a los terroristas de Daesh y mofarse, no de las razones que esgrimimos para venir, sino de las razones que quieren endosarnos como motivación por la que combatimos. Nos acusaban de "apocalípticos" y de dibujar un escenario futuro en Europa negro, con la cuestión migratoria e islamista, aunque para nada hablamos del tema ni nos preguntaron, ya que las conclusiones fueron añadidas por el editor que no nos conoce.

 

Quiero aprovechar para manifestar mi propia opinión sobre el tema migratorio y de refugiados una vez más.

 

El inmigrante, tanto sea el económico, el refugiado o el oportunista, no es culpable de su situación sino una víctima más. El inmigrante no es enemigo de la sociedad ni mucho menos tiene la menor intención de perjudicar ningún estado del bienestar. El inmigrante de cualquier índole sólo hace que ejercer su derecho de buscar mejores oportunidades para él y los que lo rodean, allí donde puede encontrarlas. Y en todos los casos por su desamparo y vulnerabilidad debe ser ayudado en lo humanitario con todo el esfuerzo posible. Con prioridad los que por causas de persecución política, religiosa o étnica son perseguidos en sus regiones de origen.

 

Quién quiera ver al inmigrante como un adversario, o alguien que compite por los derechos de los desfavorecidos en los países de destino es un xenófobo o racista.

 

Otra cosa es el derecho de los Estados como garantes de la seguridad y bienestar de sus ciudadanos, tienen para controlar el quienes, el como y el cuantos pueden acceder al territorio nacional o permanecer en él. Del mismo modo que cualquier familia tiene el derecho y hasta la obligación, de aún con toda la caridad e intención de ayudar al necesitado, abrir las puertas de su casa cuando y a quién considere oportuno, y nadie, ni los más "solidarios", mantienen las puertas de su casa abiertas de par en par para que quién quiera entré y se sirva de techo, comida o cama.

 

Bajo las banderas de la solidaridad, de la libertad o de la "igualdad", se ha fomentado una política de acogida que ha desbordado la capacidad de asimilación real de los Estados europeos. Creandose guettos en las principales ciudades europeas y atentando contra el propio derecho de los nacionales a decidir sobre el nivel de acogida deben soportar, e incluso poniendo en riesgo la propia identidad de los pueblos. Además de la insostenible falta de seguridad creada.

 

A esas políticas orientadas a imponer a los europeos nuevas realidades sociales no elegidas por estos, orientadas también a socavar toda identidad diferencial propia, en un intento de construir una sociedad gris y homogénea que sirva de mejor manera a los intereses económicos de un mercado capitalista global, es a quienes los europeos debemos combatir. No a las víctimas como sujetos utilizados y engañados que jugando con su afán de prosperidad embarcan en un rumbo incierto. Sí no a quienes maquiavélicamente juegan con esos anhelos sueños y esperanzas, arrancando a tanta gente de sus hogares ancestrales, y enviándolos a sobrevivir en guettos cosmopolitas sin alma ni arraigo.

 

Esos políticos traidores que obedecen a políticas impuestas y no a los intereses de los pueblos a los que dicen representar, son los mismos que meten en el mismo saco a los inmigrantes económicos que a los refugiados, los que no quieren diferenciar los perseguidos con los perseguidores, las víctimas con los verdugos. Los que no quieren llamar a las cosas por su nombre. Los que respaldados además por una iglesia más preocupada por lo políticamente correcto o por el falso ecumenismo, preocupada por no ofender a un islam crecido, no tiene cuidado de los mismos cristianos perseguidos, abandonando a su suerte las ovejas por las que debe velar, incluso poniéndolas en las fauces de quienes tratan de devorarías.

 

El falso buenísmo, como la falsa misericordia es utilizada en esa política de "asimilación" impuesta. Cualquiera que se atreva a poner en duda la capacidad de integración, o el cupo sobrepasado de inmigrantes, es tachado de racista, fascista o intolerante, y con tales etiquetas repudiado del ámbito se mueva, sea político, periodístico, educativo o empresarial.

 

La nueva tiranía emplea de forma cohercitiva lo "políticamente correcto", como forma de imponer el pensamiento único y quién se salga de esta, o haga uso de su falsa y limitada "libertad de expresión" anatemizado de por vida.

 

Pero esta actitud malintencionada de esos políticos traidores, y el sometimiento cobarde y burgués de una sociedad anestesiada y castrada, no va a salir gratis. Los enemigos de la civilización cristiana, otrora inspiradora de la sociedad occidental, no sólo son esos enemigos que se encuentran dentro y en cargos directivos. También hay un enemigo externo que sabe utilizar las propias contradicciones y debilidades de un sistema decadente en beneficio propio. El islam radical sabe que no le es difícil infiltrarse en Europa.

 

Cualquier control fronterizo tratando de discernir quienes son verdaderos refugiados perseguidos y quienes los terroristas que huyen de la justicia que les persigue en sus países, ha sido rápidamente denunciado como racista. Y los palmeros mediáticos se han encargado de demonizar esas actitudes, por otro lado obligación de ministerios de interior para velar por la seguridad nacional. Delito de omisión que pagaremos todos y lloraremos cuando DAESH cumpla sus planes de atentar de forma masiva en Europa.

 

El islamismo radical no es un enemigo físico calculable y localizable. Es una ideología de vida al servicio de una meta religiosa. Un cáncer tan expandido que de nada sirve amputar un miembro cuando se le permite por otro lado libertad de movimiento.

 

En Iraq y Siria además de otros países como Libia, hay miles de yihaidistas fichados por sus crímenes que nunca podrán volver a sus poblaciones. Esos yihaidistas que esos países prefieren se vayan a otros para quitarse elementos problemáticos de enmedio. Y allí están las "generosas" naciones europeas para recibirlos, incluso en países como Suecia les garantizan nueva identidad para no ser molestados. Un interés mutuo que resultará explosivo, por un lado los islamistas de colocar células en Europa, por otro los países que han librado una cruenta batalla contra ellos con ganas se larguen todos los que puedan para no tener que combatirlos, y por otro, una Europa ciega y buenista que no quiere entearse del problema.

 

Nos acusan de apocalípticos y no lo somos. Simplemente sabemos ver y reconocer el problema que se nos viene encima. Ese problema al que luego ustedes taparan con velitas y mensajes cursis. Slogans de "todos somos..." Y lágrimas de cocodrilo. El problema es que los responsables de esta situación viajan con guardaespaldas, viven en casas bien protegidas y no se mezclan en actividades populares vulnerables de ser atacadas en atentados predecibles, tampoco llevando sus hijos a colegios públicos de barrios marginales ni han de cruzar calles donde la Sharia se impone.

 

Esos políticos que dan la espalda a su pueblo, como estómagos agradecidos sólo se someten a las directrices impuesta, no son los únicos culpables. La misma responsabilidad tiene el pueblo que se deja engañar y sigue votando cada cuatro años a los clanes, que en turnos expolian lo que queda de estas naciones otrora independientes y libres.

 

No se sí pensar que de cualquier forma tendremos lo que nos merecemos y nos ganamos a pulso, o sí la capacidad de engaño y manipulación es tan alta que el pueblo, que sufrirá las consecuencias, no se merece lo que le espera.

 

En cualquier caso la advertencia está hecha, que cada cual actúe en consecuencia. Y sirva para finalizar esa frase, posiblemente anatemizada como "políticamente incorrecta"
Llora como mujer lo que no has sabido defender como hombre...

 

Simón de Monfort     

(Desde el frente de batalla, en la lucha contra el DAESH) 

 

Aquí tienes su página de Facebook desde la que narra su gesta    

https://www.facebook.com/Apoyo-Voluntarios-Españoles-contra-DAESH-811409822301358/