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En primer lugar, habrá comprobado que no todos usamos los mismos medios de censura; como que acometer contra la Legión Española, sus Antiguos Caballeros y los miles de españoles que sentimos un inmenso orgullo por esta fuerza militar, no sale gratis. Tras hacerlo, pide usted respeto, y lo que es más lastimoso, lo hace valiéndose de su color de piel. A mí, estimado señor Gerehou, como si fuera nórdico, pero cuando uno exige algo, lo mínimo es responder. Supongo que bramó al ver la Plaza Mayor de Madrid llena el pasado sábado, yo estaba allí. Y también supongo que no se quedó, por si acá.

 

 

 Moha Gerehou @mohagerehou 24 sept.

La cara que se te queda cuando pasas al lado de un grupo de legionarios que pide una calle para un franquista.

 

En segundo lugar, respondí a su famoso tweet, adjuntando una fotografía de un honrosísimo legionario. Negro, sí. Y honrosísimo, reitero. A ello, usted rebate con que milito en Vox y que escribo en Mediterráneo Digital “el combo del racismo”. Jamás me permitiría escribir en el panfleto en el que lo hace usted, ni inscribirme a un partido que no represente mi ideal. Añade a ello, además, no sé qué de policías negros en Estados Unidos que matan a otros negros. El combo de la estupidez, admirado señor.

 

. Toma, "activista contra el racismo".

 

 

 

En tercer y último lugar, poco o nada sabe de la Legión ni del general Millán Astray. Le aconsejo, e incluso me atrevo a decir que le agradecería, que parte de los miles de euros que se embolsa del Estado español a costa de su asociación, los dedique a comprarse un libro sobre el tema. No superará los veinte, y hasta descubrirá quién fue el general Mizzian y quién le salvó la vida. Como también le dije, y parafraseando al general Dávila, para insultar a la Legión, hace falta ser inteligente.   

 

Por lo demás, señor Gerehou, su prédica de combate contra el racismo -en prédica queda- y su cínico victimismo, me produce arcadas. Tal cual.

 

Muy agradecida por el carnet de racista otorgado, vive usted de ello y no seré yo quien haga por arrebatarle el pan. Lo colocaré en la mesilla de noche, junto al emblema de la Corona, la ballesta, el arcabuz y la alabarda. ¡A mi la Legión!