Imprimir
Categoría: Artículos
Visto: 1498
Inicio desactivadoInicio desactivadoInicio desactivadoInicio desactivadoInicio desactivado
 

 

La derecha, a fuerza de haber ido perdiendo la poca ideología que en algún momento tuvo, ha ido forjando la leyenda de que debe gobernar porque es especialista en la gestión de lo público. Los casi tres lustros de gobiernos felipistas convirtieron el doble mandato de Aznar en algo así como la llegada de Moisés después de abrir las aguas. Y, a fuer de ser sinceros, el Partido Popular hizo retroceder la miseria socialista construyendo, a base de ladrillo fácil, una economía más dinámica y un país más desahogado.

 

El paro comenzó a disminuir, y los populares ganaron fama de saber revertir lo que el PSOE destrozaba. En esas hemos estado también durante los gobiernos zapateriles, donde no se rompió la norma de que cosa que toca el socialismo, cosa que se rompe. Si con Felipe González tuvimos paro, miseria y corrupción, con Zapatero estuvimos a un paso de ser rescatados. Pero entonces llegó Rajoy, que venía con la fama de ser continuador de Aznar. Y esperábamos empleo, riqueza y prosperidad. Esperábamos lo que siempre promete la derecha. Pero seguimos esperando en vano.

 

Mucho nos tememos que el modelo del ladrillo no volverá jamás. Quizá afortunadamente. No volverán los éxitos económicos a base de especulación y de karmas ultraliberales. El crecimiento económico, que es la base del anhelado pleno empleo, debe tener unos cimientos sólidos, tiene que estar basado en una economía productiva en la que el hombre, el trabajador, debe ser considerado como el factor principal. Hoy, en la España de Rajoy y del PP, los trabajadores son tratados como verdadera basura. 

 

Nunca ha estado la clase trabajadora en nuestro país más esclavizada, maltratada y con menos derechos que en el momento actual. Nunca he tenido menos valor un contrato. Nunca ha sido más fácil poner a un obrero en la calle, o lo que es lo mismo, a condenar al hambre y a la desesperación a una familia. Y lo peor es que esta situación de desprotección absoluta para los trabajadores no ha servido ni para fortalecer a las empresas, ni (lo que es peor) para rebajar las cifras del paro en España, que siguen siendo alarmantes. 

 

La industria ha sido desmantelada, la agricultura entregada a nuestros competidores para agradar a los que mandan en Europa, y sólo el turismo, el de sol y playa, el de siempre, es el que sigue aguantando la presión de ser el único que genera actividad regularmente. La falta de imaginación en la gestión de nuevas fuentes de recursos y una reforma laboral que, como digo, convierte a los trabajadores en objetos inanimados de usar y tirar, hacen que tengamos que considerar a este Gobierno como nefasto para España. Tan malo como pudieran serlo los anteriores. 

 

Y no, por favor, no se esfuercen los adictos al carnet de partido en decirme que los otros son peores. Hace tiempo que comprendí que el bipartidismo es fundamentalmente antiespañol. PP y PSOE defienden intereses que les son comunes, pero que no tienen nada que ver con las necesidades reales de los españoles. Nada que ver. Se han repartido el poder, los cargos, las influencias e incluso las comisiones. Y nos han dejado, a los que votamos, la mugre y el hambre. Ahora aspiramos al pleno desempleo.

 

No mejorará la situación de los españoles que trabajan siendo UGT y CC.OO. los únicos sindicatos que cuentan para la gente. No crecerá la economía con reformas laborales que esclavizan para nada, que despojan de derechos básicos para seguir a la cola de Europa en creación de puestos de trabajo, y a la cabeza en contratación precaria. 

 

Decía el Papa Benedicto XVI en su encíclica "Caritas in Veritate": "El estar sin trabajo durante mucho tiempo, o la dependencia prolongada de la asistencia pública o privada, mina la libertad y la creatividad de la persona y sus relaciones familiares y sociales, con graves daños en el plano psicológico y espiritual. Quisiera recordar a todos, en especial a los gobernantes, que el primer capital que se ha de salvaguardar y valorar es el hombre, la persona en su integridad: «Pues el hombre es el autor, el centro y el fin de toda la vida económico-social». Perdamos toda esperanza de que los actuales gobernantes, o los que vengan, se den por enterados.

 

 

Y hoy pregunto a los oyentes de Sencillamente Radio: ¿es hoy peor la situación de los trabajadores españoles que cuando gobernaba el PSOE con Zapatero?

******************************************************************

    

Rafael Nieto es el director del programa de debate “Sencillamente Radio” de Radio Inter de Madrid (programa que se emite todos los domingos de 08:30 a 11:30 horas en esa emisora en el 918 de AM, 93,50 de FM e Internet: http://www.gaceta.es/oir-radio-inter ), y en el que participan habitualmente distintos militantes del Sindicato TNS. 

 

La intervención de Jesús Muñoz en este programa la tenéis en el siguiente enlace

 

 El sistema y su acoso y derribo de la Justicia Social (Intervención de Jesús Muñoz en Radio Inter)

http://www.sindicatotns.es/index.php?option=com_content&view=article&id=307:el-sistema-y-su-acoso-y-derribo-de-la-justicia-social-intervención-de-jesús-muñoz-en-radio-inter&catid=11:tns-en-la-inter&Itemid=107