La mentira, desgraciadamente, gobierna el mundo casi desde el mismo momento en que el hombre puso sus pies sobre él. Esconder la realidad, disimular un acto propio o ajeno, disfrazar las cosas para poder confundir son actitudes que, como digo, están tan unidas a la naturaleza humana como aquellas otras que nos ennoblecen y hacen que parezcamos un poco hijos de Dios. El gran problema de la mentira es que haya quien se la crea. Y cuando no es uno, sino que son miles, o incluso a veces millones, los crédulos, las consecuencias casi siempre son terribles.
Los, al parecer, cientos de miles de crédulos que formaron una V el pasado jueves para reclamar la independencia de Cataluña y el famoso "derecho a decidir", han sido vilmente engañados. Muchos de ellos se han dejado engañar; otros, seguramente no, seguramente sean víctimas de los promotores de esta estafa que, por si fuera poco, lleva adosada la enorme felonía que supone intentar romper una de las naciones más viejas de Europa.
Cuando uno ve a tantos miles de personas caminando juntas hacia una gran mentira, hacia una estafa colectiva, hacia el caos, la ruina y la desgracia de todos ellos y de muchos más, lo que siente es, además de pena, un deseo inmenso de que la Justicia actúe firmemente contra los culpables. La responsabilidad por tamaño despropósito no puede quedarse, como tantas cosas, en el parapeto del escaño. Los mandarines del separatismo catalán y vasco tienen que ser juzgados y enviados a la cárcel por alta traición.
Porque convertir en símbolo del separatismo, como ha hecho esta gentecilla, un suceso bélico enmarcado en la guerra de Sucesión, que simplemente dilucidaba la supremacía de dos aspirantes tras la muerte de Carlos II, como fueron Felipe V y el archiduque Carlos de Austria (este último apoyado por una coalición internacional), o lo que es lo mismo, dos dinastías monárquicas diferentes para mandar en España, es de ser un bellaco integral; pero digo más. Creerse una mentira tan burda, asistir a esa manipulación grosera de la historia en los tiempos de hoy, con la cultura y los libros gratis al alcance de nuestra mano, dice mucho también del tipo de sociedad que padecemos.
La generación mejor preparada de la Historia de España, como les gusta cacarear a los politicastros de hoy, se lanza a la calle, convocada por cuatro indocumentados, con banderas separatistas, ignorando la realidad de unos hechos que fácilmente se pueden comprobar, en una marcha que básicamente les conduce a ellos, a sus hijos y a sus nietos a la más absoluta ruina moral y económica. Al drama de romper una nación milenaria para construir un monstruito que no tendría la más mínima posibilidad de sobrevivir en un mundo que reclama unidad y solidaridad entre las naciones más fuertes.
En esta calamidad colectiva, han tenido un papel protagonista los dos grandes partidos, PP y PSOE, tan amigos de la mentira como los separatistas. Ellos, con sus políticas educativas, con los pactos de la Transición, con ese miedo ridículo e infantil a que el ejercicio responsable del poder produzca irritación en minorías influyentes, son los responsables de que estemos ahora mismo en esta situación: a dos meses de que los enemigos internos de España conviertan unas urnas en la ilusión colectiva de miles y miles de crédulos engañados.
Hoy pregunto a los oyentes de Sencillamente Radio: ¿Cree Vd. que finalmente se atreverá Artur Mas a poner las urnas en la calle el 9 de noviembre?
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Rafael Nieto es el director del programa de debate “Sencillamente Radio” de Radio Inter de Madrid (programa que se emite todos los domingos de 08:30 a 11:30 horas en esa emisora en el 918 de AM, 93,50 de FM e Internet: http://www.intereconomia.com/oir-radio-inter ), y en el que participan habitualmente distintos militantes del Sindicato TNS.
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