España tiene un nuevo rey desde hace unos días, y es normal, es legítimo, podríamos decir incluso que es positivo que el común de los españoles piense que quizá todo vaya mejor en España a partir de ahora. Se nos ha dicho, y lo creemos, que es el monarca más preparado de la Historia, algunos de sus primeros gestos y palabras no puede decirse que hayan sido del todo desacertados..., por tanto, habría razón para ser moderadamente optimistas.
Pero España tiene un problema desde hace tiempo, y es que apenas puede ya escapar a los problemas derivados de un aparato institucional y de partidos cada vez más grande y cada vez más corrupto. Ni siquiera la monarquía escapa a ello, hasta el punto de que forma parte del mismo problema y le da continuidad, desgraciadamente, con su propia estabilidad. Y el contexto europeo en el que estamos no cambia, sino que aumenta y multiplica esa triste realidad.
Lo denunciamos continuamente en este programa: los ciudadanos hoy somos números, sin rostro y sin dignidad, peones a los que el Sistema llama a votar para sostener, con ese acto de aparente libertad individual, un estado de cosas que sólo beneficia a los que mandan. Nosotros somos los convidados de piedra, los tontos útiles para que el edificio de la corrupción moral e institucional no se desmorone.
Hace unos días conocíamos la noticia de que la inefable Magdalena Álvarez, Maleni para los amigos, presentaba su dimisión como vicepresidenta del Banco Europeo de Inversiones como consecuencia de su imputación por el caso de los ERE irregulares en la Junta de Andalucía, ya que la mencionada señora fue consejera de Economía. Alguien debió pensar: "Caramba, una socialista dimitiendo..., qué gesto de generosidad, qué ejemplo para los demás políticos, qué capacidad de desprendimiento, de abajamiento a la clase obrera..." Pues no, miren.
Esta señora, famosa por decir que el problema del aeropuerto de Barajas es que "es mu grande" o por aquella otra ocurrencia sobre las catenarias y Esperanza Aguirre, ha ganado en los últimos cuatro años más de un millón de euros por calentar la silla en el citado cargo europeo. En los próximos tres años, hasta 2017, va a ganar 10.000 euros al mes, que se dice bien pronto. Y a partir de esa fecha, cuando ya esté jubilada, tendrá una pensión de por vida de 4.000 euros al mes, compatible con la que reciba en España. Vamos, que va a tener un buen pasar, la señora, en justo pago a las virtudes y al talento que la Naturaleza ha depositado en ella.
Es sólo un ejemplo. Evidentemente, Magdalena Álvarez no tiene culpa de que las cosas funcionen así, ella es sólo una beneficiaria más del chiringuito institucional montado a costa de los impuestos que pagamos las clases medias. Porque para que esta señora y el resto de políticos (la mayoría inútiles) que pululan en los diversos parlamentos puedan cobrar estas pensiones obscenas, está claro que los que tenemos sueldos normales tenemos que seguir pagando religiosamente nuestros impuestos. Por eso, para la gente normal no hay amnistías fiscales, ni favores, ni ampliación de plazos...No puede haberlos. Sin nuestro dinero, ellos se quedan sin sus privilegios.
Así es que, podemos resumir, la vida sigue igual. Hemos votado recientemente, y votaremos otra vez el año próximo. En la práctica, da igual acudir a las urnas que no hacerlo, porque el resultado para los ciudadanos es el mismo: el sometimiento a lo que los poderes fácticos deciden hacer con nuestras vidas, sin posibilidad de escapar a ello. Algunos se sorprenden del éxito electoral de Pablo Iglesias yPodemos. Evidentemente, sus postulados no son los acertados, pero muchos miles de esos votos responden a esto: al hartazgo, a la desesperación, a la frustración diaria de ver cómo unos pocos condicionan decisivamente las vidas de millones de personas.
Desde el patriotismo nacional, no cabe sólo resistirse al bipartidismo reinante, sino también a esas otras fórmulas aparentemente antisistema y de cariz groseramente demagógico que, lejos de ser la solución, constituye parte del problema. Tampoco serán las urnas las que nos saquen de este atolladero que se retroalimenta cada cuatro años. Es en el día a día, en ganar a diario la batalla de las ideas, en dar ejemplo de integridad personal, de sereno patriotismo y de coherencia con los valores cristianos como podemos contagiar a las nuevas generaciones el germen de la regeneración nacional.
Y hoy pregunto a los oyentes de Sencillamente Radio: ¿les parece justo, adecuado, correcto, que Magdalena Álvarez se vaya a casa con 10.000 euros al mes, y una pensión superior a los 4.000 euros a partir de 2017?
**********************************************************
Rafael Nieto es el director del programa de debate “Sencillamente Radio” de Radio Inter de Madrid (programa que se emite todos los domingos de 08:30 a 12 horas en esa emisora en el 918 de AM, 93,50 de FM e Internet: http://www.intereconomia.com/oir-radio-inter ), y en el que participan habitualmente distintos militantes del Sindicato TNS.