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Las urnas hablaron el pasado domingo, y aunque, siendo sinceros, Europa y por extensión las elecciones europeas no le importan a casi nadie, lo cierto es que los resultados han sido llamativos y están teniendo consecuencias. 

 

 

Lo primero que es necesario subrayar es que la recién estrenada tendencia extremista de izquierdas nos conduciría, en caso de trasladarse a nivel estrictamente nacional, a un verdadero desastre en todos los aspectos. Si el voto a IU y a Podemos ha sido solamente un voto de castigo a la casta dirigente actual, entonces convendría relativizar su importancia. Pero si, lejos de serlo, vaticina un ascenso de estos partidos hasta el punto de poder llegar a gobernar, o al menos ser socios de Gobierno, hay motivos fundados para la alarma. Otro Frente Popular en España sería tan terrible o incluso más que el último, y posiblemente con consecuencias aún más destructivas.

 

Aquellos que miran a estos movimientos como simpáticas organizaciones antisistema que, siempre desde el marxismo o el estalinismo, pretenden liberarnos del yugo capitalista, deberían considerar que el yugo que ellos propugnan, el del colectivismo, la amoralidad y el caos, es acaso mucho peor. De ahí que no sea aceptable esa mirada cándida y comprensiva hacia estos partidos o coaliciones que sólo son democráticas en la medida en que necesitan la democracia para conseguir unos fines con tintes totalitarios, por supuesto antipatrióticos y en las antípodas de nuestra tradición cultural cristiana.

 

El PSOE, que lleva en gangrena muchos años, ha aprovechado el enésimo descalabro electoral de Rubalcaba para empezar la "limpia". Primero cayó el Gran Líder, después han ido desapareciendo otros (Pachi López y Óscar López), y ahora están en un divertido proceso de compraventa de voluntades para ver a quién ponen. Pero eso sí: ni un sólo comentario sobre las ideas y principios que deben informar la acción política de un partido con aspiraciones de gobierno. Ni el más mínimo afán regeneracionista. Es decir, el PSOE de mañana será exactamente igual que el de hoy, y seguramente peor.

 

 

Y qué decir del PP..., partido que ha ganado las elecciones y que, por tanto, está orgulloso, confiado y tranquilo con su victoria..., pírrica es verdad, con descalabro incluido también, pero ya saben cómo es Rajoy, un hombre de una resistencia al cambio verdaderamente llamativa. Cuando se pierden dos millones y medio de votos, y uno se queda igual, debe ser porque tiene algún plan a medio o largo plazo. Alguna idea revolucionaria para pescar nuevos votantes o hacer que los inactivos se movilicen. O eso, o es que al PP ya no le importa nada, ni siquiera que pueda gobernar en España la izquierda más extrema.

 

 

Y déjenme que haga un breve comentario sobre los partidos que el Sistema llama "de extrema derecha". Entre todos, no han obtenido ni 70.000 votos. Son los partidos algunas de cuyas ideas podrían salvar a este país del negrísimo futuro que le espera por delante. Los partidos cuyas ideas impiden consultas separatistas, eliminan privilegios de la casta, aseguran una cierta moralidad pública basada en principios cristianos y defienden la vida humana sin cuotas ni supuestos. Pues bien, se les sigue negando el derecho a existir y a representar. Les negamos, nosotros, los españoles, la oportunidad de que hagan algo verdaderamente eficaz para corregir nuestro rumbo colectivo. Como siempre digo, en el pecado llevamos o llevaremos la penitencia.

  

 

Y hoy pregunto a los oyentes de Sencillamente Radio: ¿gobernará la izquierda, con la extrema izquierda, en España la próxima legislatura a la luz de estos resultados?

 

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Rafael Nieto es el director del programa de debate “Sencillamente Radio” de Radio Inter de Madrid (programa que se emite todos los domingos de 08:30 a 12 horas en esa emisora en el 918 de AM, 93,50 de FM e Internet: http://www.intereconomia.com/oir-radio-inter ), y en el que participan habitualmente distintos militantes del Sindicato TNS.