Decía Antonio Machado, el hermano de Manuel, que en España, de cada diez cabezas, nueve embisten y sólo una piensa. Han pasado los años y las décadas, y lamentablemente seguimos más o menos igual; incluso, podríamos decir que hemos perdido aquel esperanzador diez por ciento de pensantes. Hoy tenemos mucha gente muy segura de sí misma, muy vehemente en la expresión de sus convicciones, siempre dispuesta a agredir al que no piensa igual, pero por desgracia muy poca apertura de mente, poquísimo sentido común y muy escasa o nula humildad.
Cuando nos hicimos cargo de la dirección de este programa, el primer objetivo que me fijé como director fue que Sencillamente Radio fuese un espacio donde aprender a escuchar, a valorar y a respetar. No tanto a repetir lo que ya se ha dicho, no tanto a avasallar con peroratas larguísimas, no tanto a atropellar al disidente. Pretendía, y sigo pretendiendo, un espacio radiofónico de debate sereno, de encuentro en la discrepancia y, en la medida de lo posible, de apertura mental para poder hallar en las palabras del otro aquello a lo que uno, por sí mismo, no es capaz de llegar.
Creo que hemos avanzado bastante y que este programa es hoy un oasis de libertad en las ondas donde, con buena educación y la suficiente dosis de civismo, es posible debatir en calma, coincidiendo o no con los demás. Me siento orgulloso de ello y apelo a que sigamos todos, ustedes y yo mismo, por la misma senda.
Después de escuchar esta semana tanto a Mariano Rajoy como al rey don Juan Carlos, uno tiene la sensación de que debemos estar en la línea de la mejoría económica, y que, como ambos anunciaron, 2014 será de verdad el año de la recuperación. De no ser así, estaríamos ante un engaño ciertamente imperdonable.
Porque el anuncio, que no es nuevo, llega en medio de la polémica por la subida del recibo de la luz, que al final será del 2,3% tras el cachondeo de la subasta y ese 11% aterrador, y de que el Gobierno haya congelado el salario mínimo interprofesional en apenas 645 euros, cantidad con la que difícilmente pueda ninguna familia llegar a fin de mes. Dicen los expertos que esto beneficia la creación de empleo. Ya lo veremos.
En todo caso, la peripecia económica de España en los últimos años ha venido siendo ruinosa, y especialmente delicada para los hogares más humildes y para la clase media trabajadora. Al lado de los balances de resultados de las grandes empresas, que cada vez dan mayores beneficios, el español de a pie cada día tiene que hacer más esfuerzos para ganarse la vida. Rajoy nos lo agradece y nos pide un poco de paciencia. Pero al que se está ahogando en medio de un mar embravecido no se le puede pedir además paciencia.
Parece que se ha llegado al final del camino. Los indicadores “macro”, esos que son tan importantes pero que tienen tan poca relación directa con la vida real de las personas, nos dicen que la crisis ha tocado a su fin. Que lo que viene en 2014 es estabilidad, crecimiento y menos parados. Así lo enunció con mucha diplomacia el monarca, y así lo confirmó con indisimulada satisfacción el presidente del Gobierno el viernes en Moncloa.
Cuando se llevan dos años gobernando, hablar de la herencia recibida empieza a dar risa floja, y a pesar de que es cierto que los socialistas nos dejaron un país en quiebra técnica y al borde del rescate, Rajoy no debería volver jamás al lloriqueo por lo que pudo ser y no fue. Nadie le obligó a presentarse a las elecciones, ahora es el presidente del Gobierno, así es que, apechugue, gobierne y, si es posible, haga lo mejor para el bien común de los españoles.
La amenaza separatista ha sido abordada por ambos, Rey y Presidente, con muy parecidas palabras: la consulta auspiciada por Mas es inconstitucional y no se puede celebrar. Pero, de nuevo, ni palabra de cómo se piensa frenar en el caso, muy probable, de que el pequeño mesiánico se pase la Carta Magna por el arco.
La impresión es invariablemente la misma. Nadie apea a la clase dirigente del discurso oficial ni del lenguaje politiqués, perfectamente vacío de contenido. No parece importarles el mundo de los hechos, de las realidades. Viven de, por y para la palabra, y más concretamente, de la promesa. Y cuando la realidad desbarata lo prometido, siempre habrá alguien (el otro) al que poder echarle la culpa.
Hoy cerramos un año intenso, durísimo para muchas familias, apasionante desde el punto de vista del periodismo. Un año en el que este programa, Sencillamente Radio, ha querido ser, por lo menos, un pequeño altavoz, un foro de ciudadanos, quizá acaso únicamente un paño de lágrimas o el hombro del amigo. Pero en todo caso, un lugar donde protestar, dar las gracias, emocionarse o compartir.
Y hoy pregunto a los oyentes de Sencillamente Radio: ¿creen que España está mejor que hace un año por estas fechas?
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Rafael Nieto es el director del programa de debate “Sencillamente Radio” de Radio Inter de Madrid (programa que se emite todos los domingos de 08:30 a 11:30 horas en esa emisora en el 918 de AM, Internet: http://www.intereconomia.com/oir-radio-inter ), y en el que participan habitualmente distintos militantes del Sindicato TNS.
Este que acabáis de leer es uno de sus editoriales en ese programa
Todos sus editoriales los podéis encontrar en el siguiente enlace de nuestro foro TNS http://tns.mforos.com/1022048/10861765-editoriales-de-rafael-nieto-en-sencillamente-radio/