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Cada día me queda más claro que este régimen liberal y democrático, es el eslabón perdido entre la esclavitud y el feudalismo, pues en él podemos hallar las peores condiciones de cada uno.


Por un lado, en el modo de producción esclavista, el esclavo tenía a un propietario que le procuraba comida y alojamiento, e incluso incentivaba la reproducción biológica de sus esclavos. Como decía José Antonio:

 


" La propiedad capitalista es fría e implacable: en el mejor de los casos, no cobra la renta, pero se desentiende del destino de los sometidos. Y en cuanto a los esclavos, éstos eran un elemento patrimonial en la fortuna del señor; el señor tenía que cuidar de que el esclavo no se muriese, porque el esclavo le costaba el dinero, como una máquina, como un caballo, mientras que ahora se muere un obrero y saben los grandes señores de la industria capitalista que tienen cientos de miles de famélicos esperando a la puerta para sustituirle."

Por otro lado, en el régimen Feudal en vista de que la gran producción esclavista no era ya económicamente rentable, los esclavistas comenzaron a dividir sus haciendas en pequeñas parcelas, que entregaron en determinadas condiciones a los antiguos esclavos ahora libres y otros ciudadanos que eran libres, obligados a soportar numerosos tributos y determinados trabajos en beneficio del señor terrateniente. Los nuevos cultivadores quedaban vinculados al terruño y podían ser vendidos con la tierra que trabajaban. Pero habían dejado de ser esclavos."

Pues bien, sólo hay algo capaz de reunir las peores condiciones de ambas cosas: La Democracia.

En 2013, o lo que queda de él, y en este sistema liberal-demócrata, se dan circunstancias como la que yo mismo he podido comprobar y que a continuación pasaré a relatar.

Recibo una llamada de teléfono, es una persona que necesita a una familia para vivir en su finca y realizar diversas tareas en ella. Me dice que prefiere dar más detalles mientras visitamos la finca.

Me cita en su finca situada a pocos kilómetros del municipio zaragozano de Pina de Ebro.

Al llegar, enseguida observo que es algo relacionado con el mundo ecuestre, dado que hay equinos por el recinto. Damos una vuelta por su finca mientras me explica en que consiste el trabajo:

El trabajo son unas dos horas al día, retirando el fiemo de los animales, de Lunes a Domingo, y que si quería librar algún día, pues que lo dijera para organizarnos.

También me dice que si hay que hacer algún otro trabajo y necesitan ayuda, lo dirían, porque "aquí, todos hacemos de todo", por lo que asumo que esas dos horas diarias pueden ser extensibles a 3, 4, 5.....

Nos enseña la casa en la cual nos hospedaríamos, la cochera, un taller para pequeñas reparaciones... y acabamos la visita en una pequeña bodega, donde nos pregunta el que nos ha parecido las instalaciones, así como el trabajo.

Le respondemos que las instalaciones están muy bien y que el trabajo no es pesado, a pesar de tener que estar en régimen interno.

Cuando le preguntamos el tipo de contrato, nos responde que no nos hace contrato de trabajo, que lo que nos haría sería un contrato de arrendamiento de la casa por valor de 550 euros, pero que sin embargo no iba a presentar en ningún lado, por lo tanto ilegal.

A la pregunta de qué salario percibiríamos, nos responde que -ninguno, a cambio del trabajo (de mi esposa y mío), os dejo la casa gratis y me hago cargo de la luz y el agua-. Así que si algún día nos apetece el capricho de comer, no podremos. Pero es que si algún día tenemos la mala suerte de caer enfermos y necesitamos comprar medicamentos, no podremos. Y así, con todo. Si algún día me lo encontrara en la cama con mi mujer, le daría las gracias por el aumento de sueldo.

Después de todo esto solo puedo decir: Contra la explotación, Nacional-Sindicalismo. El obrero es lo primero.

Aitor Barcia

Sindicato TNS - Zaragoza