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Categoría: Artículos
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Empecemos siendo claros y hablando sin tapujos: Tal y como comento siempre que surge este tema, la Constitución Española no sólo hay que reformarla, más que reformarla debemos derogarla y enterrarla. La constitución ha sido válida, es válida y será válida, si no lo evitamos los españoles, para lo que fue diseñada, destrozar España y que miles de miserables vivieran a partir de ese momento como reyes, incluido el que ya lo era, a nuestra costa. La constitución ha sido positiva durante estos 44 años, pero no para España, sino para sus enemigos.

 

Si yo tuviera que hacer una valoración sobre la Constitución, y servidor no conociera la constitución y sus nefastas consecuencias para España, sólo el ver y escuchar las valoraciones que han hecho de ella estos días todas las instituciones corruptas del régimen, sería suficiente para que mi balance fuera el peor posible. Si escuchamos o leemos, superando la náusea, la valoración maravillosa y estupendísima que han hecho políticos y medios del sistema de la llamada Carta Magna para “su” proyecto de España, evidentemente entonces la Ley de Leyes, no es que hubiera que reformarla, sino derogarla y enterrarla.

 

Pero como además conozco la Constitución y la sufro como todos los españoles, voy a razonar mi valoración de esta Carta Magna que, recordemos, ya nace ilegal por elaborarla unas Cortes que no eran Constituyentes.

 

El 11 de abril de 1985, el Tribunal Constitucional en su sentencia 53/1985 aprobó que el aborto provocado tiene cabida en la Constitución. Desde ese año se han perpetrado en España más de dos millones de abortos, y desde hace casi 13 años el asesinar niños en España es, además, considerado un derecho. Es evidente que aunque en todo lo demás viviéramos en la España ideal que nos pintan los de siempre, una Constitución que permite, ampara y legaliza que ese número de niños sean asesinados ya sería suficiente motivo para derogarla. Si más de dos millones de personas no han podido siquiera plantearse si querían luchar por el Pan, la Patria y la Justicia, o incluso aplaudir esta siniestra Constitución que representa todo lo contrario, porque el sistema ha defendido su genocidio, ya sobrarían otros motivos para hacer justicia con esta ley de leyes.

 

Pero desgraciadamente hay más, mucho más. Yo la constitución de 1.978, que no pude rechazar en las urnas por no tener edad para ello, siempre la he dividido en dos grandes bloques: los artículos que se tramaron para destruir España y los artículos de relleno que se hicieron para no cumplirse jamás salvo cuando beneficiaran a los hacedores de esta bazofia con 169 artículos, 4 disposiciones adicionales, 9 disposiciones transitorias, 1 disposición derogatoria y otra disposición final. Y es necesario recordar que estos padres putativos de la Carta Magna eran liberales, socialistas, comunistas, separatistas … con un denominador común, el de traidores.

 

Entre los artículos antiespañoles e injustos del primer bloque podríamos recordar:

 

El artículo 2 que da barra libre al separatismo, el artículo 3 que devalúa al idioma español con relación a otras lenguas menores, el artículo 6 que da un poder omnímodo a los partidos políticos, aunque diga en su artículo 1 que la soberanía nacional reside en el pueblo español. Y entre los nefastos incluir también ese mismo artículo 1 que habla de Monarquía Parlamentaria como forma política, y que consagraba que un perjuro y un traidor a quien le designó, sería Jefe de Estado hasta que el elegido decida lo contrario (algo muy democrático).

 

El otro bloque es el de los artículos envueltos en oropel y que sólo se cumplen para los enemigos de España y de la Justicia. Entre ellos podríamos carcajearnos, con risa patibularia, si releyéramos lo que dice nuestra Carta Magna sobre la igualdad ante la ley (art. 14), sobre la bandera de España (art. 4), sobre el derecho al trabajo (art. 35), a la vivienda (art. 47), a la salud (art. 43), a la vida (art. 15), a la libertad de expresión (art. 20), a la enseñanza y a la educación (art. 27), al honor (art. 18), …

 

Y así podría estar todo el día enumerando, por un lado, artículos que sólo se cumplen para reventar España y la Justicia, y, por otro, enumerando artículos que jamás se cumplirán porque no hay ninguna intención de que se haga. Y todo esto fue diseñado con esta intención, y se lleva a cabo día a día con fruición, por todas las instituciones del régimen, del rey al último cargo público.

 

Lo único destacable de todos los programas lameculos que hemos visto estos días es que en algunos de ellos no han podido ocultar la bandera del Águila de San Juan en los primeros ejemplares de la Constitución, desvelando una más de las infinitas mentiras que distribuye el régimen, en este caso la del escudo “anticonstitucional”. Y, ojo, lo dice alguien que se declara abiertamente anticonstitucional, tanto como orgulloso de ser español, aunque esta nación hoy sea la del firma-indultos y lo que le pongan por delante, y cuñado del chorizo Undargarín (antes la de su suegro el traidor, perjuro, putero y comisionista), la que pone en la calle a terroristas, violadores, asesinos en serie y pederastas, la de la corrupción inconmensurable de todos los partidos, la de la educación bajo mínimos según el informe PISA, la del paro y la miseria y la que están destrozando los separatistas con el beneplácito de todas las instituciones del régimen.

 

Es curioso, pero muchos de los mismos españoles que echan pestes de lo que ocurre en España todos los días, una de dos, o no quieren ver la relación existente entre la Constitución y los males de nuestra patria, o la ven, pero a continuación dicen que no se debe reformar la constitución porque se temen que las reformas serían para peor. Serán para peor si ustedes lo consienten señores míos, serán para peor si ustedes permiten que el régimen democrático actual siga haciendo lo que está haciendo hasta ahora. Nada de lo que ocurre en España es inevitable si ustedes se lo proponen, el pueblo español tiene mucha más fuerza de la que ustedes creen que tiene, pero su principal problema es el miedo, pero el miedo al cambio, cuando lo que deberían tener miedo es al estado catastrófico de España que está acabando con su patria y con ustedes como personas, los está convirtiendo en vegetales sin alma, eso sí muy democráticamente y muy constitucionalmente.

 

La constitución del 78 nunca ha sido útil para España, al contrario, siempre, desde incluso antes de su aprobación, cuando se estaba muñendo, ha sido útil para todos los enemigos de España. Fue redactada por ellos y había que contentarles a todos ellos y se hizo, vaya que sí se hizo. De hecho, si a todos los traidores que redactaron la Constitución del 78 les hubieran dicho que sólo 44 años después de su aprobación España estaría en estado de descomposición cómo está hoy en todos los ámbitos, no se lo creerían, no creo ni que en sus sueños más húmedos e hispanófobos apareciera una derrota de España ante la antiEspaña tan rápida y efectiva como la que han conseguido.

 

Por eso, ante aquellos que levantan una banderita de España con una mano y un ejemplar de la Constitución del 78 con la otra, hay que recordar que ambos símbolos no son sólo difíciles de compartir, sino que son antagónicos. Para todos los españoles en general, pero sobre todo para éstos que acabo de mencionar, hay que recordar una vez más que todo lo que ocurre en España no es por una mala interpretación de la Constitución del 78, ni por errores en su cumplimiento, sino porque la Constitución del 78 diseñada por liberales, por socialistas, por comunistas y por separatistas, se hizo precisamente para llevarnos al punto casi de no retorno en que se encuentra nuestra patria actualmente.

 

Gracias a esta Constitución del 78, su nefasto Tribunal Constitucional y, en definitiva, todo régimen del 78, el aborto es legal, el separatismo es legal, los terroristas están las instituciones y las sucesivas reformas laborales y educativas han convertido a España en la nación con más parados y peor nivel cultural y educativo de lo que llaman nuestro entorno.

 

Gracias a esta Constitución del 78 y su régimen, los partidos políticos tienen un poder omnímodo y el rey es irresponsable de sus actos, aunque estos actos sean traiciones, felonías, golfadas y corruptelas.

 

Gracias a esta Constitución del 78 y su régimen, en España no existe la justicia, ni la social, ni la de los tribunales.

 

Gracias a esta Constitución del 78 y su régimen, España es un paraíso para los delincuentes, los delincuentes españoles y los de fuera, porque también gracias a esta Constitución del 78 y su régimen, España está siendo invadida por tierra, mar y aire.

 

Gracias a esta Constitución del 78 y su régimen, no sólo se manipula la historia, sino que se persigue a los millones de españoles que hicieron grande a esta nación en el siglo XX, muchísimos de ellos, además, asesinados por aquellos a los que hoy ampara y bendice esta Constitución del 78.

 

Gracias a esta Constitución del 78 y su régimen, España ha perdido su soberanía nacional ante organismos internacionales como la Unión Europea o la OTAN.

 

Gracias a esta Constitución del 78 y su régimen, el otrora glorioso Ejército de España, su Armada y su Aviación se han convertido en ONGs y a lo que más que pueden aspirar es a labores forestales y de limpieza o de retirada de muertos, y de patrullar o adiestrar en conflictos generados por los de siempre a miles de kilómetros de distancia de nuestras fronteras (fronteras que no defienden, como tampoco defienden la Unidad de España). Militares que recuperan parte de su dignidad y su valor sólo cuando se retiran y se lanzan con un ímpetu digno de mejor causa, a firmar manifiestos muy constitucionalistas, pero poco patriotas. Si estos militares hubieran cumplido con sus obligaciones para con la Patria cuando estaban en activo, ahora no tendrían que adherirse a ninguna declaración. Recordemos que las opiniones de los militares retirados, tengan la graduación que tengan, tienen el mismo valor que las opiniones de los fontaneros retirados, los panaderos retirados o los albañiles retirados, con la diferencia de que todos estos últimos han podido hacer mucho menos cuando estaban en activo que esos militares que ahora sí se acuerdan de la Patria, eso sí, siempre con las alusiones obligadas a la democracia y a la constitución, y, claro, se acuerdan cuando sus nóminas, sus pensiones y sus puestos en el escalafón ya no peligran. Y ojo, lo dice alguien que abandonó las Fuerzas Armadas cuando vio en lo que se estaban convirtiendo éstas.

 

Gracias a la Constitución del 78 y su régimen, el idioma español es perseguido en España y el patriotismo de verdad, el que representamos los falangistas y otros patriotas de verdad, no los constitucionalistas, patriotillas de ocasión, también es perseguido con saña. Así que hago uso de ese hermoso idioma español para decirlo bien claro, España es una nación, NO una Constitución, y mucho menos esta siniestra y masónica Constitución del 78, culpable de gran parte de los males de España y que defiende todo el régimen del 78. Porque la Constitución, como no me canso de recordar, destruye la nación.

 

Jesús Muñoz

@MasRazonqUnSant 

 

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