Ratio: 5 / 5

Inicio activadoInicio activadoInicio activadoInicio activadoInicio activado
 

 

Como soy falangista y por ende curiosa recurro al juego vedanta del Vichara, al que mi afán por conocer me lleva a plantearme quién soy, la Indagación del Yo traducido al español, el yo soy frente al yo estoy, de dónde soy y adónde voy. La respuesta la consigo con mis hábitos del viernes en el que interpreto el baile entre lo que fue y lo que quiero dejar que sea cuando no esté.

De los mejores placeres de mi semana es cuando llega este día, el día de Venus y la jornada en la que mis compañeros prefieren trabajar desde casa en la nueva esclavitud de la normalidad que es el TeleTrabajo. Prefiero ir a la fábrica donde está todo aquel que no depende de un ordenador para ganar sus lentejas.

 

A la vuelta, casi las 16h, voy observando desde el transporte colectivo los bares, qué lugares, llenos de risas, de vasos vacíos, servilletas en el suelo y colillas de tabaco, falsos abrazos y promesas de café pendientes…prefiero encerrarme en mi ritual de llegar a casa, rodearme de mis lecturas (sus letras, su palabra, su voz) y prepararme como hacen los toreros ajustándome los machos para salir al ruedo. Allí en mi silencio, la auténtica celda, recupero sus ideales, los del siempre constante en mi pensamiento, los del Lucero y nuestro guía. Según qué viernes recurro a un discurso, a Ramiro, a Dionisio, libro, intervención o noticia y se obra lo que llamo el “corto” ese cortocircuito que une ese mundo para mí ideal y casi fantasioso por inconcebible en la actual España con él, el siempre PRESENTE.

 

Nos queda una gran obra, camaradas. A veces, le llamo ejercer el apostolado. Cuando hablo con mi entorno veo que tienen nuestras necesidades, nuestras inquietudes y es la falta de estrellas como vosotros, bastones para el camino, la ausencia de raíces por la carestía de Patria y el exceso de ego para reconocer el hambre de Familia y Pan lo que hacen alígero el afán de lucha, la perseverancia en el empeño de cambio. Ante esto, mis viernes, son vestales como discípula de diosa romana guardando el fuego sagrado. Mi silencio habla aunque sólo se expresa al llegar a misa, a mis lugares sacros en los que digo amén con mis otros hermanos. Perturba este éxtasis la pregunta ¿cuánta sangre, y no será la última, se ha vertido para defenderlos? ¿Cuándo llegará su paz si ni el cobijo del Señor les dejan descanso eterno?

 

Tras esto, esperando cantar al Sol mañana y sabiéndome custodiada por vuestras flechas, unida a la tierra por el yugo que nos imponemos para seguir labrando el mundo…hago una parada para dar gracias junto a un vino por tener el pasado, tenerlo ahora PRESENTE, y con FE y CAFE en el futuro, la luz de JOSÉ ANTONIO.

 

Sevilla, noviembre 2022.

Carolina Griera Baras