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El verdadero iniciador de la democracia ateniense fue un tío abuelo de Pericles llamado Clístenes (aristócrata ateniense). Clístenes organizó las ciudades desde el carácter sagrado de las tribus gentilicias y territoriales. Pericles continuó su reforma bajando precios a los alimentos y utensilios domésticos, subvencionando el precio del teatro y de las fiestas.

 

Democracia: DEMOS-PUEBLOS. CRATOR-FUERZA es decir la fuerza del pueblo y nunca el gobierno. Con la manipulación del lenguaje la palabra pueblo que tiene un carácter meramente étnico (raza) fue adquiriendo tintes administrativos, aun así, todavía se usa de forma correcta para distinguir comunidades étnicas-culturales, ejemplo: pueblo pigmeo, pueblo batusi, pueblo esquimal, etc.

 

Democrático fue el nombre del partido formado y fundado por el soldado ateniense llamado Pericles (495-429 a.C.).

 

Pericles unificó la federación de Delos transformándola en el imperio griego, al que dotó de grandes obras públicas y de un gran esplendor cultural. En política exterior emprendió guerras contra Esparta y Persia.

 

No hay que hacer ningún alarde imaginativo para relacionar todas las semejanzas entre las conductas y las obras del soldado griego (Pericles) con las de un soldado germano llamado Adolfo. También comparamos la unidad étnica griega con otra unidad étnica la de los pueblos germanos, Austria, Renania, etc., imperio y Reich. Estos imperios fueron dotados de obras públicas, arte, bienestar popular y potentes ejércitos. Los dos dirigentes declararon la guerra a sus vecinos, los dos subieron al poder aclamados por sus pueblos. los cuales encontraron en sus sangres, sus culturas y sus territorios la razón de imperio. Democracias de fuerza y orgullo.

 

“Alemania arranca de la capacidad de fe de un pueblo en su instinto racial. El pueblo alemán está en el paroxismo de sí mismo. Alemania vive una superdemocracia”. (José Antonio Primo de Rivera. -Teatro Calderón de Valladolid. 3 de marzo de 1935)

 

Para los adoradores de la democracia, que ninguno dude, tan democrático era el ímpetu de Pericles como el ímpetu de Adolfo, con más de dos mil años de diferencia, tan democrático fue la construcción del imperio ateniense como la del imperio germano.

 

Hay otro propósito democrático: el romanticismo de queja y lamento, que se basa en mentir a las mayorías egoístas y débiles carentes de espiritualidad. La democracia inspirada en el nefasto y enfermizo Juan Jacobo Rousseau., su teoría romántica pretende la vuelta a la naturaleza a la que el hombre sin “atadura” prescinde de la verdad, la justicia, y de más categorías permanentes de razón, para imponer en cada instante las decisiones de la voluntad de la mayoría engañada por los demagogos.

 

“La sociedad fundamentó sus leyes en las entrañas del naturalismo. Naturalismo que dejó al descubierto que la persona sin Dios y sin moral era un cruel depredador (Papa León XIII)”.

 

Estos pensamientos dieron lugar a una teoría científica y salvaje en la que la ilustración de imprenta y guillotina marcó un camino de deshumanización sin Dios.

 

Dos paroxismos democráticos., uno de fuerza y sangre, otro de queja y lamento. Uno de ira pagana, otro de sionismo laicista. Dos romanticismos que, como todos ellos, acaban en el suicidio y la autodestrucción.

 

¿Democracia? ... ¡No gracias!

 

Carlos Rodríguez. - Jefe Nacional del Sindicato T.N.S.