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Categoría: Artículos
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Lo que ha ocurrido en los últimos días en la capital de España con la huelga de las basuras resume casi a la perfección lo que es el sistema político en el que vivimos, este Estado liberal democrático de partidos, en el que los ciudadanos tenemos básicamente un papel, el de pagar impuestos y callar, y unas pocas minorías autoelevadas al poder se encargan de recoger los beneficios, cuando los hay, o de gestionar, las más de las veces, la ruina nacional.

 

El Ayuntamiento de Madrid, pongamos por caso, decide externalizar el servicio público de recogida de basuras. Se supone que lo hace así para conseguir una mayor eficacia a un menor precio, tirando de máxima liberal-derechista. Los ciudadanos pagamos impuestos, cada vez más, independientemente de que el servicio de limpiezas esté externalizado o no. Y pagamos, sobra decirlo, para que las calles estén limpias, para que se pueda caminar por la calle, para no estar como cerdos en pocilga.

 

Resulta que las empresas adjudicatarias, que cobran del Ayuntamiento por el servicio que ofrecen, a pesar de que presentan una cuenta de resultados abultadísima con crecientes beneficios, deciden un buen día poner a más de mil trabajadores en la calle. Al consistorio madrileño parece importarle más bien poco la suerte de esos trabajadores y sus respectivas familias, pero pide a las empresas adjudicatarias que resuelva el conflicto y retome sus labores. Se lo pide..., durante once días con sus respectivas noches. Y en ese tiempo, las calles de la capital de España se han convertido en un verdadero estercolero, en una fotografía perfecta del lodazal en que ha devenido nuestro país, desgraciadamente, desde hace ya algún tiempo.

 

A cualquiera de ustedes, a mí, a todos, nos importa poco que el servicio sea externalizado o no. Nos trae sin cuidado. Pero la mayoría de madrileños votó a un partido, el PP, que decidió, cuando el alcalde elegido Ruiz Gallardón quiso ser ministro, a mitad de legislatura, poner a dedo a Ana Botella como alcaldesa. Son las normas de esta democracia, correcto. Pero evidentemente, la regidora no puede esconder su responsabilidad con el argumento de que el servicio de limpieza está externalizado. Los ciudadanos no nos quejamos en la ventanilla de empresas privadas, sino en la de la Administración Pública.

 

Madrid, por su importancia histórica, política y cultural, no es una ciudad cualquiera. Es realmente indecente que una ciudad como ésta quede convertida en un basurero durante nada menos que once días, dando además el argumento estúpido de que no hay peligro para la salud de los ciudadanos, como si con esa presunta certeza quedase la cuestión resuelta. Da igual lo que pensemos los vecinos de Madrid; de nada valen nuestras quejas, nuestra indignación, los perjuicios que nos pueda provocar esa marea de mierda. Nosotros sólo pintamos algo el día de las elecciones. Hasta entonces, a callar.

 

Y ahora asistimos al clásico tira y afloja entre unas empresas interesadas, como es lógico por otra parte, exclusivamente en su cuenta corriente, y unos representantes sindicales que intentan salvar unos puestos de trabajo que no importan a nadie con la única medida de presión que entienden las empresas y las administraciones, que es la huelga salvaje y total, aunque sea a costa de que millones de ciudadanos estemos respirando hedores del infierno durante dos semanas. Como ven, un panorama como para irse al aeropuerto y coger el primer vuelo que salga al fin del mundo.

 

Hace algún tiempo, España era un país en el que las administraciones públicas daban el servicio que los ciudadanos merecían, y en el que no se consentía que unos intereses particulares perjudicasen el Bien Común. El orden y la ley eran intocables, y el funcionario era muy consciente de que su límite era dar satisfacción a aquel que sostenía, vía impuestos, el chiringuito de la cosa pública. Ahora, no. Ahora, los políticos aupados a las instituciones son reyezuelos o pequeños tiranos que, desde su mezquina atalaya del poder, hacen y deshacen, casi siempre con ineficacia, casi siempre con torpeza, casi siempre desde el capricho. Por eso, ahora los ciudadanos ya no pintamos nada.

 

 

No vean en la cuestión puntual de la huelga de limpieza un asunto local de Madrid. Miren más allá. Amplíen su campo de visión, y se darán cuenta de que, con el actual sistema, tenemos muy poco que ganar y casi todo que perder. Que nos han invitado a una fiesta que no es la nuestra, aunque la paguemos nosotros. Y que al final, por muchas vueltas que uno le dé, lo que nos queda a los españoles es lo que ven estos días por la calle: montones y montones de basura.

 

 

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presentador de Sencillamente Radio

 

Rafael Nieto es el director del programa de debate “Sencillamente Radio” de Radio Inter de Madrid (programa que se emite todos los domingos de 08:30 a 11:30 horas en esa emisora en el 918 de AM, Internet: http://www.intereconomia.com/oir-radio-inter ), y en el que participan habitualmente distintos militantes del Sindicato TNS.

 

Esta que acabáis de leer es uno de sus editoriales en ese programa

 

Todos sus editoriales los podéis encontrar en el siguiente enlace de nuestro foro TNS http://tns.mforos.com/1022048/10861765-editoriales-de-rafael-nieto-en-sencillamente-radio/