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El progre es fundamentalmente alguien que ejerce el noble arte de la solidaridad con una facilidad y una reiteración pasmosa: se solidariza con quien haga falta, donde haga falta y para lo que haga falta, incluso de solidariza consigo mismo si es menester…..

 

 

Los valores finalistas a los que se apresta a transmitir la asignatura, “Educación para la Ciudadanía” son encomiables y suponen la quintaesencia de la doctrina progre: pacifismo, solidaridad, humanismo, ecologismo, tolerancia, multiculturalidad…así que calculen; pero no dicen nada de los valores instrumentales: jerarquía, fidelidad, rectitud, disciplina, esfuerzo, constancia, autocontrol, espíritu de sacrificio, etc… 

 

Y así se da la paradoja de que un chaval educado en los nobles valores finalistas, modelo de virtudes cívicas del universo progre, de inspiración masónica, esté dispuesto a solidarizarse con el cachalote de Borneo o la almeja huérfana de la Conchinchina, pero será un perfecto borde en su casa e incapaz de facilitar la vida a sus padres, hacerse la cama, o ayudar al mantenimiento del hogar.

 

El progre sufre mucho al percibir las “injusticias” y sufriría más si fuera capaz de reflexionar sobre los problemas que genera. El progre ha fracasado en múltiples facetas, desde la ecología hasta la política , pero siempre le quedará la “cultura” , el sabe las cuatro reglas y lee sin comprender. La cultura progre es mediática, esto es, facilona: sus popes son Ramoncín para los elementales y Saramago para los edulcorados, fatuo uno y tristón el otro,si fallece el Fary o se nos va Valderrama no habrá pena alguna, desconfía de Clint Eastwood porque desde “Harry” le considera fascista, Al progre le mola Camarón y sobre todo la música étnica, pero con muchos tambores y flautas varias; en el cine, muerto Pontecorvo y en las últimas Costa Gavras, no les queda más que los Bardenes, Almodovares y demás mariconadas, hace cola para ver los Goyas y habla EX CÄTEDRA de cualquier película sobre lo malo que fue el franquismo y lo bueno que fue la segunda república, pero los que más le mola son Torrente y Mortadelo (él tiene algo de ambos), son soeces y ridículos.

 

El progre y las drogas es otro capítulo sorprendente. La postura políticamente correcta del progre es despenalizar las drogas, todas las drogas, menos el tabaco, el alcohol y los toros, (por lo de fiesta nacional).Sueñan con una Gran Vía transformada en fumadero de opio, y en El Corte Inglés un stand dedicado a la cocaína. Y sobre la inmigración los sueños del progre sobrepasan su imaginación, hace tiempo que retiró el poster del Real Madrid por ultra, y lo cambió por uno de metro y medio que pone “Papeles para Todos”, y donde antes tenia a Antonio Banderas anunciando colonia, ha puesto otro de igual tamaño en el que dice en colores ” Ningún ser humano es ilegal”, vamos que es como decir que ningún hombre tiene chepa. Pero esa solidaridad no se traduce en un comportamiento diferente entre el progre y el resto de la población: el progre no pone ningún inmigrante en su vida (como máximo lo tiene de chófer, jardinero o chacha), y no le ofrece un puesto de trabajo remunerado, ni un hogar para evitar la repatriación, predica y no cumple.

Para el progre la inmigración es necesaria por nuestra baja tasa de natalidad, y después tiene la geta de pedir aborto libre y gratuito , divorcio expres, matrimonios estériles, osea homosexuales, y adopción de niños en todos los hospicios del mundo. El progre compra un niño o una niña, chinita o negrita, como les gusta llamarlas, como si fuera una mascota, así son de miserables, pero ayudar a las familias numerosas, desgravaciones por maternidad, subsidios para la formación de nuevas familias, campañas de natalidad, eso es fascista y ni pensarlo.

Lorenzo Feliú