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Blanquerna el color de la justicia<br><span style='color:#006EAF;font-size:12px;'>MI MUNDO IMPERFECTO</span>

 

Ya ha pasado el tiempo adecuado después de la marea de comentarios que ha suscitado que saliera a la luz la sentencia del “Tribunal Supremo”, y sus cambios sobre la sentencia anterior del denominado “Caso Blanquerna”, y que puede llevar a todos los implicados a la cárcel durante 4 años, y que  los medios nos bombardearan con lo malo que son los fascistas, que en nombre de una ideología deciden boicotear, poco más que un escrache, un acto que en plena capital de España exaltaba la ruptura del estado casi celebrando la separación de Cataluña de España.

 

 

Lo primero que he de decir es que me ha sorprendido que más allá de los círculos políticos, sobre todo los de extrema derecha y extrema izquierda, a día de hoy poca gente se acordaba de este acontecimiento lo que me hace pensar que al menos para la gente normal, y no quien sueña con la ruptura de España, el acto no fue tan terrible como se han empeñado en hacernos ver.

 

Si la valoración de la gente en general lleva implícito el acordarse de como un personajillo que se cree algo más que un creyente de cualquier religión, menos la islámica que les debe de dar morbo, se despelota en una iglesia, o como otras de su misma calaña se sacan los pechos en el congreso al grito de “El aborto es sagrado” y no recuerda como unos jóvenes arriesgan el tipo en un acto separatista que podría estar incurriendo en un delito, me demuestra primero que el acto de estos no es tan terrible y segundo que en España tenemos un problema. Porque alguien que quiere luchar porque España siga unida puede errar en el método pero evidentemente el fondo es bueno, quizás el mejor, sin embargo alguien que se pone a enseñar los pechos en una iglesia, a sabiendas de que evidentemente va a ofender a quien se haya en aquel centro religioso, y sino porque protesta con los pechos al aire podría hacerlo con ellos tapados ¿no?, evidentemente tiene un fondo malo porque lo que busca es herir y ofender y eso te convierte en una mala persona, esto no es un ataque es un análisis básico de los sucesos.

 

Para aquellos que no se acuerden de que es eso de “El caso Blanquerna”, nos remontamos al 11 de septiembre de 2013. Un 11 de septiembre que como los de aquellos últimos años era aprovechado por figuras independentistas para celebrar en distintos puntos de España algo parecido a un 4 de Julio norteamericano, pero como de pacotilla, más bien de estar por casa.

 

En una España con una crispación absoluta, donde parecía que cualquier acto independentista era correcto y quien defendía la unidad de España era un terrorista. En una España donde la izquierda y la extrema izquierda estaban en los medios vociferando todo tipo de mentiras y sandeces, mientras se dedicaban a apoyar el terrorismo de ETA, cosa que aún sigue haciendo. Un grupo de jóvenes con inquietudes políticas deciden irrumpir en ese acto como protesta a la actitud desafiante que la “Generalitat de Cataluña” que llevaba años mostrando una falta de respeto total al estado y a los españoles incluidos estos jóvenes.

 

Por desgracia y en la incursión el local sufre una serie de desperfectos, como una puerta rota, un micro estropeado y un atril caído. Sinceramente poco más hay, esto es tan sencillo de demostrar como ver la multitud de videos que hay en youtube donde se puede ver la entrada en el establecimiento desde todos los ángulos.

 

Por otro lado hay que comentar algunas situaciones que se dieron. Durante el “asalto”, así lo bautizaron las cadenas de televisión del régimen, me refiero al régimen marxista que nos gobierna evidentemente.

 

Josep Sánchez LLibre, fue violentamente atacado, eso nos vendieron. Si bien es cierto que este señor cayó al suelo, no es más cierto también que eso suele pasar cuando decides, voluntariamente y yendo de valiente por la vida, intentar derribar a una mole que te saca casi tres cabezas.

 

Esto es exactamente lo que se ve en el video, “Llibre” se envalentona se pone delante de una de las personas que entraron en la librería, que le sacaba tres cabezas, y este sigue su camino arrasándole, le empuja, si, ahora si yo no quiero que me arrojen al suelo no me pongo delante de alguien que pueda con un solo dedo arrojarme al suelo a un metro de él.

 

Esto es como si un hacker se metiera en un sistema informático y como defensa en el juicio alegara que el sistema era muy complejo y era un reto. Es decir, algo absurdo a más no poder.

 

Por otro lado el famoso gas pimienta, que si se echó o no se echó o se dejó de echar. Dejémonos de tonterías. Me parece que a tenor de las imágenes grabadas tras la salida de los jóvenes, en la que se ve la gente tosiendo y casi tirada por los suelos, fuera lo que fuera que hubiera en el aire “PARECE” evidente que pudiera haber sido provocado por un espray de defensa. Pero hay dos cosas que aclarar la primera, que lo que parece ser evidente, en un juicio y ante la ley no lo es sino hay pruebas. Y la segunda es que no sé porque parece más creíble que lo usaran los jóvenes de extrema derecha que entraron a que alguno de los asistentes del aquelarre que en un ataque de histeria lo usara para su uso más cotidiano de este tipo de esprais la autodefensa.

 

Por último, nadie puede negar los daños que se ocasionaron y cuyos culpables fueron los “asaltantes”. Es algo innegable que muchos se han empeñado en justificar. No hay justificación, nunca, ni en nombre de nada para el uso de la violencia hacia personas o cosas.

 

Aclarado estos puntos. Es evidente que estos jóvenes cometieron un delito. Y que por ello fueron juzgados y condenados a unas penas, a mi entender ya desproporcionadas pero que tenían que cumplir.

 

No estoy de acuerdo en el uso del agravante ideológico en ningún caso. Ya que sin entrar en detalles y aunque existen nexos de unión entre ellas, las ideologías que profesan los diferentes encausados son distintas y atienden en muchos casos a formas de actuar distintas. Los jóvenes que entraron en Blanquerna pertenecían a diferentes partidos de extrema derecha y de tercera posición con diferentes ideologías.

 

No podemos olvidar que vivimos en una sociedad en la que en el momento que te posicionas en contra de las opiniones de la izquierda automáticamente se te cataloga como de extrema derecha, es así, no, pero es lo que sucede. Aclarado esto creo que al lector no le deben quedar dudas que puesto que los jóvenes de Blanquerna, pertenecían a partidos políticos distintos y que entre ellos la ideología era distinta, el agravante ideológico sobra.

 

Lo que sucedió en Blanquerna fue que un grupo de jóvenes militantes de diferentes partidos, hartos de ver como el gobierno había permitido reiteradamente y sin hacer nada, los embistes independentistas de los Catalanes y como el Rey Juan Carlos de Borbón, que pasará a la historia como “El rey traidor”, rompía una de las promesas que hizo para llegar a ser rey y que llevaba implícito “no permitir que se rompiera España”, decidieron tomar cartas en el asunto. Irrumpieron en un acto que hacía ver a la opinión pública que se celebraba en la que la propia Generalitat de Cataluña llama, “su embajada en Madrid” , y que era claramente proindependentista y en el día en el que Cataluña siempre celebra, no se sabe muy bien que porque la fiesta de la Diada está basada en un cúmulo de mentiras, su personal 4 de Julio.

 

Tal vez cometieron un delito, pero solo querían dejar claro que Cataluña es España que están hartos del independentismo. Y ojo estos jóvenes representaban, representan y representaran a muchos españoles, y entre estos muchos catalanes que no creen ni quieren ese independentismo y que quieren una España unida.

 

Según el Tribunal Supremo, que ha revisado la sentencia, hay que utilizar agravantes “dado el propósito común de los asaltantes, intolerantes con un acto de celebración del día de Catalunya, conmemoración existente en todas las comunidades autónomas españolas”.

 

Para mí lo mejor es lo siguiente extraído literalmente de la sentencia:

 

“El motivo impulsor del delito o delitos cometidos fue la intolerancia hacia la ideología catalanista de los convocantes del acto, hasta el punto de llegar a impedirlos”.

 

La primera noticia de que exista una ideología llamada “catalanista”. Desconocía que en un estado de derecho como el español se permitiera una ideología que atenta contra el mismo estado. Desconocía que en nombre de una ideología los delitos sean justificados, luego vemos porque.

 

No existe una ideología catalanista más allá de aquellos que quieren justificar el aquelarre independentista. Más que nada porque si existiera esa ideología catalanista, también existiría una ideología antoniana que permitiría que yo en mi casa bailara flamenco a las 3 de la mañana y si mi vecino subiera a protestar la ley le condenara a él, a cuatro años de cárcel, por realizar un atentado contra la ideología antoniana.

 

Pero ojo, todos y cada uno de los asistentes a aquel aquelarre y con la ley en la mano si cometieron un delito y por el deberían ser juzgados con toda la dureza de la ley:

 

Código Penal. Artículo 544-580

 

“Son reos de sedición los que, sin estar comprendidos en el delito de rebelión, se alcen pública y tumultuariamente para impedir, por la fuerza o fuera de las vías legales, la aplicación de las Leyes o a cualquier autoridad, corporación oficial o funcionario público, el legítimo ejercicio de sus funciones o el … “

 

Pues siendo los asistentes al acto los delincuentes, resulta que el supremo dicta sentencia en la que estima el recurso de casación interpuesto por el Ministerio Fiscal y algunos de los motivos planteados por la Generalitat de Cataluña y por su delegado del Gobierno, Josep María Boch, y anula parcialmente el fallo de la Audiencia Provincial de Madrid que impuso a los 14 condenados penas que oscilaban entre los seis y ocho meses de prisión por el delito de desórdenes públicos y de multa por el delito de daños con la atenuante de reparación del mismo.

 

Ahora, por el delito de desórdenes públicos e impedimento del derecho de reunión, las penas pasan a ser de entre dos años, dos años y 10 meses y tres años de prisión, aplicando con la agravante de discriminación ideológica.

 

También eleva el delito de daños al aplicar la misma agravante, fijando penas de 13 o 14 meses de prisión. En total, las nuevas penas a cumplir oscilan entre los tres años y 11 meses y los cuatro años y dos meses.

 

Creo que cuatro años de prisión por un par de muebles rotos y decir lo que piensas es un poco exagerado.

 

Me parece que esto demuestra cómo esta nuestro sistema judicial y como los estamentos más elevados están más cerca del servicio político que de hacer cumplir la ley, están más cerca del congreso de los diputados que de la gente a la que tienen que defender.

 

No puedo dejar de mencionar antes de acabar que en casos como el de Rita Maestre de la misma gravedad no se aplicó ningún agravante ideológico cuando de todos es conocido el anticlericalismo de la ideología del partido en el que milita y en el que militaba. Ahí la tenemos en la calle.

 

Veremos si a los 15 descerebrados que hace unas semanas agredieron a una chica de extrema derecha en Murcia, se les aplica el agravante ideológico con la misma dureza y son condenados a una pena de cárcel.

 

Y no olvidemos un famoso video de Pablo Iglesias en Youtube donde en un mitin habla de salir a la caza de “Fachas” y que ni tan siquiera le costó una triste multa. Cuando si esto mismo lo hubiera dicho alguien de la “extrema derecha” al menos 72 horas de calabozo y una buena multa le hubiera caído.

 

Esta es la justicia que nos trae la democracia. Una justicia que deja en la calle a los delincuentes y encarcela a los que luchan por su país. Una justicia que condena por llevar una bandera de España y no por llevar una camiseta con la cara del Che.

 

                    

Antonio de la Peña