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Sostengo desde hace tiempo la particular teoría, en la que me he quedado, una vez más, solo, de que el periodismo español es culpable de muchas de las enfermedades incurables que sufre nuestra querida Patria. La irresponsabilidad, la zafiedad, la mediocridad, la frivolidad o la actitud relativista y por tanto liberal que caracteriza a más del 90% de los periodistas de información general de nuestro país hacen que España cargue con una lacra, una más, casi imposible de sobrellevar.

 

 

Digo esto porque, en medio de la situación realmente dramática que vive nuestro país, y que enseguida pasaré a contarles, dedicar, como están haciendo la mayoría de medios de comunicación, minutos y minutos a unos viajes a Canarias de un presidente regional que, además y por si fuera poco, parece que hay pruebas de que sufragó él mismo, es una prueba más de lo que antes les comentaba. Una falta de criterio alarmante, un quedarse siempre en la superficie de las cosas sin profundizar en lo importante, y en suma, el desconocimiento y la improvisación como norma habitual de conducta. Una pena, pero como siempre digo, allá cada cual con sus actos y con su conciencia. 

 

Como nosotros, en este programa, no tenemos que quedar ni bien ni mal con nadie, ni pagar favores ni hacer cacerías, nos centraremos, como aquí es habitual, en lo que realmente importa. Y en estos momentos, insisto, España es un barco a la deriva del que nadie quiere hacerse cargo. Un barco en el que entra agua por todas partes, y que empieza a verse con algo más que preocupación desde el exterior, aunque a nuestro Gobierno lo que le interesa es vender optimismo a través de los portavoces de la Unión Europea a los que previamente se ha vendido la moto de la recuperación y el saneamiento de las cuentas públicas. 

 

Alguien tan poco sospechoso de condicionamientos ideológicos como el magnate George Soros, que como todos los ricos es especialista en hacer diagnósticos objetivos, técnicos, de las economías mundiales, ha mostrado una gran preocupación por dos problemas que actualmente tiene España y que difícilmente pueden permitir que salgamos del hoyo en el que estamos: la independencia de Cataluña y el auge de Podemos, el partido que desde este fin de semana lidera, todavía más, Pablo Iglesias. Nuestro país empieza a ser percibido, de una manera generalizada y cada vez más extendida, como una especie de Venezuela o Bolivia europea, pero con un problema añadido, el del separatismo catalán, que no tienen las dos naciones hispanoamericanas. 

 

La inexplicable pasividad de Rajoy y su Gobierno ante el evidente fraude de ley que se produjo la semana pasada en Cataluña, donde se pasaron por el arco las resoluciones del TC y empujaron a la sociedad catalana a unas urnas traidoras a la unidad nacional, nos da qué pensar acerca de la conveniencia de seguir manteniendo a este partido, el PP, al mando de los destinos de España. La sensación que tenemos los españoles es que, como les vengo diciendo, la ley sólo existe para los que pagamos impuestos y madrugamos para trabajar; la casta política y sus adláteres, aunque cometan los delitos más graves, son de hecho inmunes a cualquier responsabilidad penal. 

 

Por otra parte, el ya indiscutible auge de Podemos, un partido populista con los más peligrosos ingredientes del totalitarismo comunista (autor de algunos de los episodios más sangrientos y terribles de la Historia de la Humanidad), sigue generando indiferencia y pasotismo dentro de nuestras fronteras. Fuera, sin embargo, ya han tomado nota: saben perfectamente que un país que camina por esa vía, que se entrega a unas ideas políticas que deberían estar muertas y enterradas, y existir sólo en las páginas más negras de los libros de Historia, es un país no solamente sin futuro, sino con un presente poco esperanzador. Lo vengo diciendo desde hace tiempo en expresión fácil de entender para cualquiera que haya jugado al ajedrez : España está en jaque mate.

 

Pero, además, tenemos un problema gravísimo como sociedad: el cada vez más extendido analfabetismo político, y la falta de liderazgo de un proyecto verdaderamente patriota y de reconstrucción nacional. La telebasura y los planes educativos politizados, por ese orden, han conseguido como resultado millones de cráneos semivacíos o con importantes lagunas de comprensión de la realidad. Y esto, aunque sea impopular, es una verdad como un templo que juega en contra de los intereses nacionales. Por eso no podemos hablar más que de una democracia adulterada: adulterada por el propio pueblo español.

 

Y hoy pregunto a los oyentes de Sencillamente Radio: ¿Cree Vd. que España puede salir de la crisis económica, a pesar de estos dos problemas (el separatismo catalán y el auge de Podemos?

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Rafael Nieto es el director del programa de debate “Sencillamente Radio” de Radio Inter de Madrid (programa que se emite todos los domingos de 08:30 a 11:30 horas en esa emisora en el 918 de AM, 93,50 de FM e Internet: http://www.gaceta.es/oir-radio-inter ), y en el que participan habitualmente distintos militantes del Sindicato TNS.