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Una vez finalizada la guerra civil uno de los muchos y grandes problemas que tenía España era el de la vivienda. En un principio tomó la iniciativa el estado a través del Instituto Nacional de la Vivienda (I.N.V.) y la Obra Sindical del Hogar (O.S.H.) siendo el mayor problema el de cómo atraer a la iniciativa privada dado que la población apenas tenía poder adquisitivo. La total carga de gastos recaía sobre el estado que apenas contaba con presupuesto necesario para tan gran urgencia social.

 

La comisaria de Abastos construyó centenares de viviendas en colaboración con los Sindicatos Oficiales. En zonas costeras se edificaron poblados provistos de hangares donde poder guardar las pequeñas barcas y los aperos de pesca y en las zonas mineras se hicieron viviendas provistas de un pequeño huerto y un corral que hacían más ligeras las castigadas economías familiares.

 

En la España interior se construyeron poblados agrarios de viviendas familiares con corrales y se dotaba a las familias con algunos animales de trabajo, pastoreo y corral. En todos los casos de nuevas poblaciones también se las dotaba de ayuntamiento, iglesia y escuela. Eran poblados nuevos que se hicieron cerca del ferrocarril o de carreteras siempre con la posibilidad del beneficio de la necesaria agua; la construcción de estos últimos corrió a cargo del Instituto Nacional de Colonización. Se obligó a las grandes empresas, en colaboración con las Cajas de Ahorros, a hacer viviendas para sus empleados que accedían a ellas en unas formas de pago muy asequibles dado que las empresas, tanto estatales como particulares, no tenían ánimo de lucro, hechos que unidos a la dotación del terreno por parte de ayuntamientos y diputaciones hacían que las viviendas fueran entregadas a centenares de familias que afrontaban las formas de pago para su adquisición sin demasiadas apreturas.

 

Todo esto no fue fácil porque ni las administraciones ni las empresas tenían demasiados recursos, lo que hacía que la construcción fuera demasiado lenta y apenas podía dar solución a la gran emigración de familias a las ciudades provenientes de las zonas agrarias, que llegaban atraídos por la incipiente industria.

 

Se llamaba José Luis Arrese Magra, nació en Bilbao el 15 de abril de 1905, era arquitecto, militante de la Falange, fue gobernados civil de Málaga, donde se ganó la confianza del gobierno y de la iglesia católica por la promoción de viviendas protegidas construidas por la Falange.

 

En 1957 es nombrado ministro de vivienda, puso en marcha grandes planes de urgencia social en las grandes poblaciones, creó el Consejo Nacional de la vivienda, arquitectura y urbanismo, al que incorporo el I.N.V., que hasta entonces estaba integrado en el Ministerio de Trabajo.

 

Arrese, frente a los que promovían una política de alquileres, impuso una política de propiedad personal y familiar.

 

“HAGAMOS UN PAÍS DE PROPETARIOS Y NO DE PROLETARIOS”

(José Luis Arrese).

 

En agosto del año de su nombramiento anunció a la prensa un proyecto social de urgencia que, daría paso a la construcción de miles de viviendas. Se facilitó suelo urbanizado equipado de los servicios necesarios para que interviniera la iniciativa privada, incorporó al proyecto a las Cajas de Ahorro y a la ya existente gestión urbanística para la construcción de viviendas de empleados.

 

“LA JUSTICIA DEBE SER IMPLANTADA”.

(José Luís Arrese).

Comprometió a la comisaria de Abastos para la cesión de suelo y a los ayuntamientos a que sacaran más terrenos a subasta y a concurso público a bajo coste, incentivando de esta forma a la iniciativa privada.

 

Los patronatos de las empresas estatales y militares también formaron parte de los grandes planes de emergencia social.

 

Por primera vez en la historia los trabajadores empezaban a ser propietarios de su vivienda y su puesto de trabajo (estaba prohibido el despido libre).

 

Empleó la política de construcción de bloques de altura para que de esa forma al ser mayor el número de pisos, se dividía el precio del suelo entre mayor cantidad de viviendas, lo que abarataba notablemente el precio.

 

En agosto del citado 1957, Arrese anuncia la construcción de sesenta mil viviendas en Madrid en un periodo no superior a dos años. Pues bien, en mayo de 1959 no sólo estaban terminadas las sesenta mil viviendas, sino que se construyeron otras veintidós mil ochocientas ochenta y cuatro viviendas más que las anunciadas y sin variar el presupuesto. Este éxito supuso tener más confianza a la hora de ampliar el plan de construcción a otras capitales y grandes ciudades a las que estaba llegando el plan de industrialización emprendido por el grupo Instituto Nacional de Industria.

 

Con todo esto se lograba completar un propósito que desde 1943 venia buscando la Falange junto con los gobernadores civiles: Soluciones sociales de viviendas en propiedad para los trabajadores.

 

“EL TRABAJO ES FUENTE INELUDIBLE DE PRODUCCIÓN Y DE PROPIEDAD”.

(José Luis Arrese).

 

El I.N.V. aportaba a modo de préstamo el 80% del coste total de la vivienda, a pagar en letras mensuales en 50 años (al 4,5%), los ayuntamientos en las mismas condiciones aportaban el 15% también sobre el total de la vivienda quedando el 5% restante que debía ser abonado como entrada para la adquisición de una vivienda particular. Esa entrega inicial no llegaba a suponer unas tres nominas mensuales.

 

La cantidad de las letras mensuales a pagar era siempre la misma cantidad mientras que las nóminas subían cada año, lo que supuso que la mayoría de los casos los trabajadores abonaron la totalidad pendiente de pago y de este modo la vivienda además de en propiedad, también quedaba a la libre disposición del titular.

 

“EL CREDITO NO PUEDE SER UN NEGOCIO”

(José Luis Arrese).

 

José Luis Arrese además de gobernador de Málaga y Ministro de la Vivienda, fue Ministro Secretario General del Movimiento en dos periodos (1941-1945) y (1956-1957), catedrático de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y un gran número de cargos de alto nivel cultural.

 

Cuando Arrese cesó en todos los cargos oficiales su fortuna patrimonial y personal era inferior a la que tenía antes de sus nombramientos.

 

Murió en Corella (Navarra), el 6 de abril de 1986.

 

“EL DINERO ES UN ELEMENTO DE CAMBIO Y NO DE LUCRO”

(José Luis Arrese).

 

Carlos Rodríguez

Jefe Nacional del Sindicato T.N.S.