Tenía la esperanza de que Frente Obrero fuera la última esperanza de una izquierda respetable y comprometida con la causa de la justicia social. He llegado a hablar bien de ellos y aspiraba a pasar mas tiempo en la misma trinchera con ellos que enfrente, donde en todo caso sabía que terminaríamos.
Pero entonces llegan los que piden el voto para ellos. Esos que viven de vender libros “fascistas” pero fundan movimientos de Izquierda Nacional. Y ponen a cada uno en su sitio:
Por un lado Roberto Vaquero elude confrontar con los falangistas sus tesis y postulados para que todos tengamos claro en qué coincidimos y en qué asuntos estamos en extremos absolutamente opuestos. Se excusa de las tertulias programadas con Jesús Muñoz y un servidor, aludiendo a compromisos electorales, mientras conocemos que ha evitado coincidir con Norberto Pico porque “no le conviene”.
Por otro lado, y para certificar esa “inconveniencia” se afanan en encontrar bien claras las diferencias, no sea que coincidamos demasiado en asuntos cruciales y puedan ser confundidos con protofascistas, tal y como algunos hemos señalado y como algunos de sus correligionarios señalan también …
Y como muestra, esta convocatoria a un homenaje a los últimos ejecutados por el régimen anterior. Suponemos que se refieren a Salvador Antic (grupo terrorista MIL), a Heinz Chez (delincuente común) y sobre todo a Baena, Sanchez Bravo y Garcia Sanz (de la banda terrorista FRAP) y a Txiki y Otaegui (banda terrorista ETA).
No entraré en los detalles de los múltiples indultados/conmutados por no ser autores materiales de los delitos de sangre que se les imputaban, que el temible Régimen concedió. Y no entraré en el detalle de si el Garrote Vil aplicado a los dos primeros debió o no ser sustituido antes por el fusilamiento que recibieron los últimos.
Y es que la discusión no es esa. La discusión es saber si alquien se va a acordar de Gregorio Posadas, de Ovidio Díaz, de Lucio Rodríguez, de Antonio Pose o de Francisco Anguas que fueron las causas directas de estas ejecuciones.
Sí, estos asesinos, socialistas unos, comunistas otros, anarquista alguno, pero criminales todos y “antifascistas” también, no murieron ejecutados por un régimen dictatorial y perverso, sino por asesinar a esos 5 policías y guardias civiles – algunos en el transcurso de “atracos” con fines políticos – después de que el régimen agotara todas las vías de su ordenamiento para conmutar la mayoría de penas.
Son Gregorio Posadas, Ovidio Díaz, Lucio Rodríguez, Antonio Pose y Francisco Anguas los que deberían tener un homenaje que jamás tendrán.
Ahora Frente Obrero homenajea a sus asesinos y se suma al régimen que dice combatir, olvidando los nombres de sus víctimas.
Repetiré y escribiré un millón de veces aquello de “no hay izquierda buena, no hay derecha buena, no hay izquierda buena, no hay derecha buena” para no dejarme conquistar de nuevo con falsas apariencias. Solo hay una solución y está fuera del Sistema. Y somos nosotros.
Mi delito fue el de verlos con cierta asepsia, optimismo, y fe en el ser humano. Nunca se me ocurrió pedir el
voto para ellos, sobre todo cuando tenemos nuestras propias candidaturas, estas sí, coherentes.
Eso se lo dejamos a los “camaradas” de Movimiento Pueblo y editorial Fides. La cal y la arena.
Aquí está el verdadero Frente Obrero, muy a mi pesar. Y bien que lo siento. Ignoro si el cartel es próximo o pasado. Tanto da
Martín Sáenz de Ynestrillas
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